El creciente desempleo entre la población de origen mexicano que labora en Estados Unidos traerá consigo como consecuencia una nueva caída en el flujo de remesas este año.
El año pasado, la entrada de remesas al país sumó 21 mil 181 millones de dólares, una caída anual de 16% respecto a 2008; monto que se ubicó en niveles similares a 2005.
La dependencia que estos recursos tienen del empleo en los debilitados sectores de la construcción, agrícola y de servicios estadounidense ha contribuido con los menores flujos enviados a México.
En el corto plazo, se prevé una lenta recuperación en estos sectores, que dependen de un repunte más pronunciado del gasto privado.
La tasa de desempleo general en ese país fue de 9.7% de la fuerza laboral durante el primer mes de este año.
Aunque el dato de desempleo de enero se situó por debajo de 10% reportado en noviembre de 2009, en febrero pasado las solicitudes de desempleo repuntaron de nueva cuenta.
En 2009, la tasa de desempleo de las personas de origen hispano o latino fue de 12.1% de la fuerza laboral, tasa que contrasta con los niveles de 5.2% en 2006, de 5.6% en 2007, y de 7.6% en 2008.
En enero de este año la tasa de desempleo de los latinos e hispanos en territorio estadounidense fue de 12.6%, desde la tasa de 9.7% en enero del año pasado.
La migración es, junto con la informalidad, una válvula de escape del desempleo en nuestro país.
Con la crisis, la tasa de desempleo en México casi se duplicó al pasar de un promedio anual de 3.6% en 2006 a 5.5% en 2009.
En el punto máximo, el desempleo agrupó el año pasado a cerca de tres millones de personas.
Parte de la pérdida laboral ha sido absorbida por el sector informal de la economía que al cierre de 2009 concentró a 12.6 millones de ocupados.
No obstante a este fenómeno, otro número importante de personas continúa emigrando a Estados Unidos debido a la falta de oportunidades.
Mercado doméstico débil
El debilitado mercado interno nacional, que participa con 66% del Producto Interno Bruto total (PIB), y el creciente cierre de empresas en el país contribuyeron con el deterioro del mercado laboral mexicano.
En enero de este año el número de desempleados aumentó con relación a diciembre aun con cifras que elimina la estacionalidad y se redujo en 760 el número de patrones en los registros al IMSS.
El comercio, una de las principales fuentes del empleo informal, cayó 14.4% en promedio el año pasado. En su conjunto, el sector terciario o de servicios cayó 6.6% a tasa anual en 2009.
Para este año se estima que las remesas que llegan al país seguirán decreciendo, ya que continuará la debilidad del empleo en Estados Unidos, sobre todo entre la población de origen latino e hispano.
Estimaciones del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey apuntan a una entrada de remesas por 20 mil 050 millones de dólares durante el presente año.
Este saldo es inferior en 5% al de 2009, lo que ubica al flujo de remesas en los niveles reportados cinco años atrás.
El mayor dinamismo de la construcción de casas nuevas en Estados Unidos y la posibilidad de que la tasa de desempleo de la población latina haya tocado su punto máximo en 2009 son elementos que podrían revertir la tendencia de baja de las remesas que llegan a México en el corto plazo.
Por tanto, hacia el segundo semestre del año el empleo de los migrantes y las remesas podrían comenzar a dar muestras de recuperación.
El principal riesgo al escenario descrito lo constituye, sin embargo, el comportamiento de la economía de Estados Unidos, que de ser más débil a lo esperado podría afectar la trayectoria de dichos indicadores.
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