Un hallazgo interesante en relación con las madres adolescentes fue que, aunque son más propensas a dar leche artificial a sus bebés, al comparar adolescentes y adultas sin pareja, las ultimas introducen con mayor frecuencia leche artificial. "Entre las mujeres con una pareja, los adolescentes mostraron una probabilidad 2,06 veces mayor de la introducción de leche artificial en comparación con los adultos, mientras que entre las mujeres sin pareja, la adolescencia aparece como un factor protector para la introducción de leche artificial", mencionaron los autores. "Entre las mujeres adultas, las sin cónyuge tienen una probabilidad 5,32 veces mayor de introducir leche artificial".
La educación y la situación en el empleo mostró su importancia en la investigación. "Las madres con menos de ocho años de estudio tienen una probabilidad 29% mayor de la introducción de leche artificial en comparación con los ocho años o más, mientras que aquellas con empleo formal y las que no tienen un trabajo remunerado poseen 60% menos de posibilidades de la introducir leche artificial en comparación con aquellas con trabajo informal ", expresaron los investigadores. Basándose en los resultados, los autores advierten: "Hay que capacitar a los profesionales de la salud para ofrecer apoyo y orientación a las madres sobre la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, teniendo en cuenta entre otras cosas, las características socioeconómicas y demográficas de la madre.
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