El técnico de Cruz Roja Pablo Valero ha explicado a Efe que esta iniciativa solidaria se ha desarrollado entre 2007 y 2009 con un presupuesto de 380.000 euros, el 80 por ciento aportado por la Diputación de Alicante.
El objetivo han sido unas 200 familias que viven una situación de alta vulnerabilidad (pobreza) en la comunidad de San Miguel Villa (Valle Pucú, a unos 30 kilómetros de la capital, Asunción) y que se veían obligadas a que sus hijos trabajaran, principalmente como vendedores ambulantes de artesanía, para ayudar a sus padres a conseguir ingresos suficientes para sobrevivir.
Por un lado, la Cruz Roja ha formado a 959 adultos en ámbitos como los primeros auxilios, derechos de la mujer, salud reproductiva, educación de los hijos y la nutrición, mientras que casi un centenar de niños y adolescentes participaron en un taller para prevenir el VIH/Sida.
Paralelamente, ha apoyado a los mayores en su capacitación profesional en varias especialidades tanto para que éstos puedan optar a mejores empleos como para la creación de una cooperativa local que garantice la sostenibilidad de sus nuevas habilidades.
En el marco de la estrategia nacional paraguaya de la reducción de la pobreza y la desigualdad, el programa sufragado por Alicante ha ayudado en la formación de talleres de costura, agricultura, mecánica, albañilería, fontanería y fabricación de productos sanitarios y, además, ha capacitado para la gestión del día a día de una pequeña microempresa.
Precisamente, la última parte del proyecto ha consistido en la creación de estas microempresas y en un primer impulso para la comercialización y distribución de los productos.
A este respecto, se ha contado con un fuerte apoyo social de la comunidad local e, incluso, el Ayuntamiento de Areguá ya se ha comprometido a colaborar y a que, por ejemplo, la microempresa de costura elabore los uniformes escolares en la provincia.
Asimismo, el consistorio cedió un terreno de 600 metros cuadrados que sirvió para la construcción del edificio que alberga tanto el taller de costura, como el mecánico y la fabricación de los productos sanitarios (fregasuelos, jabón de manos, lejías y detergentes).
Todos estos productos han empezado a ser comercializados legalmente, con su correspondiente código de barras, después de que hayan sido inscritos en el Registro Mercantil de Paraguay.
Valero, que ha verificado in situ la viabilidad del proyecto, ha destacado que la capacitación profesional de estas personas ha permitido mejorar su integración social y autoestima, y ha favorecido que los adultos tengan expectativas profesionales para evitar que sus hijos tengan que apartarse de los estudios.
Incluso, estas microempresas han registrado sus propias marcas comerciales, como "Yboty" (flor en guaraní) para los fregasuelos y jabones, o "Overa" para la lejía comercial. EFE
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