Los católicos dicen que hay que predicar "a tiempo y a destiempo", una máxima que hizo ayer suya el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al arremeter contra la reforma laboral ligada al abaratamiento del desempleo. Gran parte de la intervención del presidente en el Pleno del Congreso, reservada a presentar las líneas fundamentales de la futura Ley de Economía Sostenible, se consumió en criticar las peticiones de reforma laboral de la patronal y en rechazar cualquier intento de modificar el contrato indefinido, abaratar el despido, o quitar el control judicial.
"No andamos con retórica. Somos clarísimos. (...) Pero el Gobierno no es partidario de rebajar los derechos de los trabajadores ni de reducir el coste del despido", sentenció Zapatero en su primera réplica.
El compromiso con las pensiones también es parte de la sostenibilidad
"Algunos creen que la manida y tan traída reforma laboral es el bálsamo que todo lo cura", dijo el presidente, que retó a los portavoces de la oposición a subir a la tribuna parlamentaria y decir a la opinión pública qué tipo de reforma laboral quieren y con cuántos días de indemnización dejarían a los indefinidos. "Hay que subir aquí a decir que sólo se quieren 15 días de indemnización para un contrato indefinido", insistió.
La conclusión fue contundente: "Es sencillamente falso que esta sea una medida que cree empleo. Esta medida lo que hace es facilitar el despido" y continuó, "mientras este Gobierno sea el que tenga la mayoría en esta Cámara, no van a salir debilitados los derechos de los trabajadores".
Sin embargo, Zapatero sí es partidario de plantear a los agentes sociales cambios en el mercado de trabajo, ligados a flexibilizar la negociación colectiva, reducir la jornada (el contrato alemán), revisar las bonificaciones y trabajar por la reducción de la temporalidad.
Novedades en las cajas
Además de sentar las bases de la futura reforma laboral, el Ejecutivo ha intentado responder a las críticas que los interlocutores sociales han hecho sobre el texto del anteproyecto de Ley de Economía Sostenible y las reformas que la complementan. El presidente enunció una nueva batería de medidas, donde incluyó la reforma de la Ley de Órganos Rectores de Cajas de Ahorros. Sin ampliar el espíritu de la reforma, Zapatero aseguró que se abordará después de que en el primer semestre del próximo año se reestructure el sector.
Se prepara un Plan Integral de lucha contra el fraude fiscal
El compromiso en la reforma de las pensiones, cuyos cambios llevará a la mesa del Diálogo Social y al Pacto de Toledo, fue otro de los puntos fuertes de la estrategia para 2010. Las propuestas están en línea con las recomendaciones que han ido haciendo los expertos que han pasado por el Pacto de Toledo, como hacer estricta la correspondencia entre lo cotizado y la prestación percibida (modificando los periodos de cálculo y las bases de cotización); la integración de los diferentes regímenes (como el del hogar o el agrario); el perfeccionamiento de la separación de las fuentes de financiación (las pensiones sólo se deben nutrir de los impuestos) o los incentivos destinados a prolongar la vida laboral. Además, Zapatero habló de una "política eficaz de ayudas familiares", en línea con la permanencia de la mujer en el mercado de trabajo.
También se priorizará la elaboración de un plan de política industrial y otro agroalimentario, dos sectores sobre los que los sindicatos habían denunciado un cierto abandono. En este sentido, el Ejecutivo también prepara un Plan integral de lucha contra el fraude fiscal, laboral y de las prestaciones de la Seguridad Social, una petición específica que le habían hecho llegar los secretarios generales de CCOO y UGT el pasado viernes. También, como respuesta a las demandas de los trabajadores, en este caso del sector público, Zapatero ha anunciado que a principios del próximo año se presentará el borrador del Estatuto del Empleado Público.
El jefe del Ejecutivo se intentó zafar de las críticas por la ausencia de planes específicos para el empleo. "Parece de perogrullo recordar que el empleo es consecuencia de la actividad económica", explicó. Además, hizo un encendido alegato de la necesidad de cambiar la cultura de la inversión en ladrillo en España, a la que responsabilizó de muchos de los problemas surgidos durante la crisis. "España necesita más rehabilitación y menos vivienda nueva, y más vivienda protegida y menos libre", zanjó Zapatero.
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