La población femenina boliviana económicamente activa, es uno de los sectores más afectados por el desempleo. En esta gestión, la tasa de desocupados en ese sector se incrementó al 13.3 por ciento, con relación al 2008.
La investigadora del Centro de Estudios de Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), Silvia Escobar, destacó que irónicamente las mujeres profesionales (estudios superiores) tienen más dificultades para conseguir empleo.
Sin embargo, dijo que “todos los grupos de edad, pasan por algún grado de discriminación, especialmente de género en los puestos de trabajo, donde no se respetan todos sus derechos”.
La experta mencionó que un estudio del CEDLA del 2008, en los departamentos del eje troncal del país, La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto, evidenció que los índices de desempleo en la mujer son los más altos del país. El índice alcanzó al 13.8 por ciento, es decir, una de cada cuatro no tiene trabajo.
La formación académica y su experiencia laboral, a la hora de optar por un empleo, le sirven de poco a las mujeres, afirmó Escobar.
Sin embargo, la experta sostiene que el desempleo de las mujeres, afecta a todos los estratos socioeconómicos, aunque con más rigor a los hogares más pobres.
La carencia de fuentes de trabajo para este importante segmento de la población, más de la mitad de los habitantes de Bolivia, hace que estas opten por el comercio informal.
Para las mujeres, el acceso al trabajo va de la mano con la discriminación, como en el sector manufacturero, donde prefieren a hombres y jóvenes, afirmó Escobar.
El estudio del CEDLA, también detectó que la mayoría de los empleadores contratan a las mujeres en los sectores menos calificados y solo en calidad contratos eventuales.
La otra forma de discriminación es el rechazo a las embarazadas, según se deduce por la carga económica y social que representan estas.
Las edades más críticas el acceso de las mujeres al mercado laboral son entre 20 a 24 años.
El acceso laboral de las mujeres se empeora a partir de los 35 años de edad. El estudio del CEDLA establece que el 14.6 por ciento de este grupo es desocupada.
“Si bien el desempleo sigue afectando con mayor intensidad a la población, que ya se encontraba en desventaja antes de la crisis como los jóvenes y las mujeres, la brecha con el sector masculino se ensancha”, manifestó la investigadora.
A diferencia de las fuentes laborales estables, el porcentaje de mujeres cesantes (trabajos temporales) disminuyó hasta el 73%.
En general, para el CEDLA, la situación del desempleo, se refleja de la misma magnitud en todos las regiones del país, debido a al constante incremento de los precios de la canasta familiar y otros factores socioeconómicas.
Sin embargo, dijo que “todos los grupos de edad, pasan por algún grado de discriminación, especialmente de género en los puestos de trabajo, donde no se respetan todos sus derechos”.
La experta mencionó que un estudio del CEDLA del 2008, en los departamentos del eje troncal del país, La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto, evidenció que los índices de desempleo en la mujer son los más altos del país. El índice alcanzó al 13.8 por ciento, es decir, una de cada cuatro no tiene trabajo.
La formación académica y su experiencia laboral, a la hora de optar por un empleo, le sirven de poco a las mujeres, afirmó Escobar.
Sin embargo, la experta sostiene que el desempleo de las mujeres, afecta a todos los estratos socioeconómicos, aunque con más rigor a los hogares más pobres.
La carencia de fuentes de trabajo para este importante segmento de la población, más de la mitad de los habitantes de Bolivia, hace que estas opten por el comercio informal.
Para las mujeres, el acceso al trabajo va de la mano con la discriminación, como en el sector manufacturero, donde prefieren a hombres y jóvenes, afirmó Escobar.
El estudio del CEDLA, también detectó que la mayoría de los empleadores contratan a las mujeres en los sectores menos calificados y solo en calidad contratos eventuales.
La otra forma de discriminación es el rechazo a las embarazadas, según se deduce por la carga económica y social que representan estas.
Las edades más críticas el acceso de las mujeres al mercado laboral son entre 20 a 24 años.
El acceso laboral de las mujeres se empeora a partir de los 35 años de edad. El estudio del CEDLA establece que el 14.6 por ciento de este grupo es desocupada.
“Si bien el desempleo sigue afectando con mayor intensidad a la población, que ya se encontraba en desventaja antes de la crisis como los jóvenes y las mujeres, la brecha con el sector masculino se ensancha”, manifestó la investigadora.
A diferencia de las fuentes laborales estables, el porcentaje de mujeres cesantes (trabajos temporales) disminuyó hasta el 73%.
En general, para el CEDLA, la situación del desempleo, se refleja de la misma magnitud en todos las regiones del país, debido a al constante incremento de los precios de la canasta familiar y otros factores socioeconómicas.
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