rente a la necesidad de contar con servicio de guarderías, derecho que perdieron cerca de 4 mil mujeres y 40 mil hombres electricistas tras el decreto presidencial de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LyFC), trabajadoras de la compañía paraestatal adecuaron una estancia infantil a la que acuden más de cuarenta niñas y niños de cero a 11 años de edad.
En este espacio, ubicado en el edificio del gimnasio del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Sandra Sánchez, trabajadora de la empresa en el área de Seguridad e Higiene y Salud Ocupacional, junto con un equipo de colaboradoras y colaboradores en horarios rotativos, atiende a alrededor de 20 menores de edad al día.
A decir de Sandra Sánchez, encargada de la guardería, la estancia requiere de la solidaridad de las organizaciones civiles y sindicales, así como de particulares, a fin de mantener en óptimas condiciones a las hijas e hijos de las y los electricistas, quienes aprovechan este tiempo en el que sus niñas y niños reciben atención para trabajar en el mercado informal y para participar en el movimiento de resistencia.
Cabe recordar que el pasado 11 de octubre, horas después de que la Policía Federal Preventiva (PFP) tomara las instalaciones de LyFC, Felipe Calderón Hinojosa, titular del Ejecutivo, decretó la desaparición de la compañía estatal y, con ello alrededor de 44 mil electricistas se sumaron a las filas del desempleo en México, conformadas por 2.9 millones de personas, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Sánchez, psicóloga de profesión, manifestó a Cimacnoticias que las niñas y niños además de tener los cuidados necesarios de acuerdo con sus edades. Las y los hijos de trabajadoras y trabajadores de LyFC reciben alimentos tres veces al día, los cuales son proporcionados por el comedor comunitario del SME.
Electricistas organizadas
De acuerdo con Mónica Jiménez, coordinadora del Movimiento de Mujeres Electricistas en Resistencia, la mayoría de las trabajadoras de esta empresa paraestatal son madres solteras y jefas de familia. Ellas eran quienes se beneficiaban de esta prestación en mayor medida.
Hasta el momento, a un mes de que inició labores la estancia, en lista de la guardería se encuentran 46 menores de edad, algunas niñas y varios niños acuden por las mañanas y otros más por las tardes; la mayoría de ellos asiste cada tercer día, aproximadamente.
Ejemplo de ello son Jimena y Fernando, de cinco y tres años de edad, respectivamente. Son hija e hijo de Marisol Ortiz, trabajadora de LyFC del área de Materiales, quienes asisten a la guardería tres o cuatro veces por semana mientras su mamá vende dulces afuera de una escuela primaria cercana a su casa. También acuden a este servicio cuando Marisol va a marchas, mítines y asambleas convocadas por el SME en contra del decreto de extinción de la compañía, y cuando reparte información sobre el movimiento electricista.
“Es una gran ayuda para nosotras que nos quedamos sin guardería desde que Felipe Calderón nos dejó sin empleo y sin seguridad social”, refirió Marisol.
Ella, luego del decreto presidencial, engrosó el número de personas que laboran en el empleo informal, que, de acuerdo con el Inegi, son más de 12 millones de trabajadoras y trabajadores.
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