Para agosto de este año, había cerca de 1.2 millones de mujeres sin trabajo
El terreno laboral para las mujeres se ha venido acotando como consecuencia de la crisis económica. La tasa de desempleo que reporta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) así lo refleja.
De acuerdo con los últimos reportes, la tasa de desocupación alcanzó niveles históricos al ubicarse en 7.2% de la Población Económicamente Activa (PEA), así el número de mujeres sin empleo es de 1.2 millones y en un año significó un aumento de 483,254.
Para los hombres, la tasa de desocupación se ubicó en 5.7% de la PEA, es decir, 1.6 millones sin empleo, registrando un aumento de 488,000 respecto de agosto del 2008.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó que el desempleo mundial oscilará entre 6.3 y 7.1%, en tanto que para las mujeres la tasa asciende entre 6.5 y 7.4 por ciento. Esto significa que entre 24 y 52 millones de personas se quedarán sin trabajo en el 2009.
Al respecto, Alfonso Bouzas, especialista laboral del Instituto el Investigaciones Económicas de la UNAM, comentó que “el empleo se está perdiendo. Toda la población enfrenta un serio problema con independencia de género, pero es cierto que a la mujer se le dificulta más”.
Autoempleo
De acuerdo con el especialista, una salida ante la falta de empleo subordinado es el autoempleo, por lo que al menos de las 16 millones 243,000 mujeres con una ocupación, 3 millones 750,561 trabajan por su cuenta, cifra que registró un incremento con respecto al primer trimestre del año, que ubicaba a 123,666 menos trabajadores en este segmento.
“La dificultad de ello es que se trata de empleo precario, y ciertamente el empleo informal también es la otra salida”, dijo Bouzas.
Aunado a lo anterior está el caso de mujeres que reportan estar trabajando, pero sin percibir un salario, en esta situación se encuentran 1 millón 604,977 mujeres.
En el caso de los ingresos, el grueso de la población femenina (4 millones 194,743) perciben entre uno y tres salarios mínimos.
En este sentido, Mónica Muñoz, vocera del Instituto Nacional de Madres Profesionistas (Inamp) aseguró que no sólo hace falta empleo, sino que haya una flexibilidad que permita compaginar las labores familiares con la profesión.
María del Pilar Martínez / El Economista
pmartinez@eleconomista.com.mx
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