miércoles, 14 de octubre de 2009

Colombia saudita

En Colombia las expectativas de crecimiento están ligadas a dos pilares fundamentales: 1) que adopte un modelo económico más intensivo en capital que en mano de obra no calificada. Esta parece ser la opción más coherente con las perspectivas de crecimiento de los sectores productivos, y 2) los términos de intercambio. En cuanto a este punto, cada vez parece más claro que la tasa de cambio tiende a estabilizarse, lo cual equivale a una revaluación continuada en términos de PPP (Purchase Power Parity).

Lo dicho, obliga necesariamente al Gobierno Nacional a replantear las políticas de inversión a largo plazo, a fin de mejorar de forma sustancial y rápida la productividad de todos los actores económicos. De otra parte, el nivel de desempleo, subempleo y de empleo informal se podría incrustar en el sistema con consecuencias preocupantes para el mantenimiento de la paz social del país.

Por supuesto, es más fácil determinar la naturaleza de los cambios que hay que hacer, que disponer de los recursos para hacerlos. Sin embargo, esto se puede resolver si en el mediano plazo los esfuerzos de exploración en el sector petrolero y minero comienzan a dar resultados positivos y generan ingresos fiscales de alguna cuantía.

Lo anterior no sólo solucionaría parcialmente el problema del fisco nacional, sino que en la medida en que se pueda realizar el gasto de los entes descentralizados con el producto de las regalías, se conseguiría establecer planes de inversión en infraestructura que complementarán lo que hace el Gobierno Central.

Se nos acabó el tiempo de poder, como dicen los anglosajones, "se procastinators". Acá traducimos como 'echar los problemas debajo del tapete'. Todos los sectores deben hacer un examen de fondo sobre la manera que los cambios futuros en el entorno afectan el renglón de su actividad económica. Si hacemos una pausa, tenemos que necesariamente darnos cuenta que uno de cada doce colombianos que podrían trabajar, no encuentran empleo. En un futuro, si se sostuviese el mismo nivel, si lo impensable ocurriera -que la situación se empeorase-, ningún analista serio puede visualizar un escenario susceptible de sostenerse en el mediano o en el largo plazo.

Además, no quiero ser portador de malas noticias, pero como si lo anterior no fuera poco, a veces pienso que el hecho de que Colombia tenga, después de Sudán, el mayor número de desplazados en el mundo, de alguna manera no registra en el disco duro del colombiano común y corriente. A juzgar por lo que se lee, no es un problema que amerite la atención de los lectores.

Para resolver el problema del alto nivel de desempleo, Colombia necesita un mercado interno sustancialmente mayor al que existe. Las reformas estructurales que se requieren para lograrlo son de fondo y necesariamente chocan contra los intereses creados de algunos entes que obtienen beneficios del modelo actual. El Gobierno tendrá que encontrar la manera de llevarlas a cabo dentro de un entorno complejo. Esto requiere una voluntad política decisiva y consecuente.

De no hacerse un esfuerzo concertado, liderado por el Gobierno en compañía del sector privado, podemos convertirnos en una versión adaptada del modelo económico prevaleciente en Venezuela, dado que en este momento las inversiones en los sectores minero y petrolero se han convertido en el motor de la economía. La perspectiva de que nuestros nietos vivan en 'Colombia audita' no es aceptable. Tenemos todos que preocuparnos de que no sea así.

Salomón Kassin Tesone / Banquero de Inversión

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