La pérdida de beneficios salariales y de seguridad social en el país que han sido exacerbados por la crisis global no se recuperarán en el corto plazo.
“Difícilmente, la pérdida de derechos laborales, así como la oportunidad de tener trabajos mejor remunerados, se recuperarán una vez que la economía empiece a crecer, porque en México la economía y el mercado laboral son muy rígidos”, afirma José Luis de la Cruz, académico del ITESM.
Una vez que se supere la crisis vamos a tener condiciones muy negativas que dificultarán que estos problemas puedan resolverse en el corto y mediano plazos, apunta.
De los 43 millones de ocupados en México, sólo 15.4 millones tienen acceso a las instituciones de salud.
Parte de la débil estructura del empleo de calidad está fundada por el déficit en la generación de empleos formales que existe en el país. De acuerdo con especialistas, México tiene un rezago en la creación de empleos formales importante, pues idealmente debería agregar más de un millón de plazas formales por año.
En México, las principales empresas generadoras de empleo son las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), con cerca de 90% de las fuentes de empleo creadas.
Cierre ineludible de empresas
Pero con la crisis económica, el número de empresas formales está cayendo de manera significativa.
En el último año, han cerrado más de 6 mil 700 empresas, sobre todo en los sectores manufacturero y de la construcción, y se han recortado más de 221 mil 427 empleos en micronegocios.
“Las mipymes tienen poco financiamiento y muy poco margen de maniobra, y frente a la crisis, tienen que cerrar”, dice el académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
¿Qué se puede hacer?
En el largo plazo, del lado estructural, debe pensarse en tener mayor flexibilidad laboral, pero sin dejar de lado la seguridad de los empleados, dice Robert Duval, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
Actualmente, explica, el código laboral hace que resulte costoso contratar y despedir trabajadores, lo que deprime la contratación en ese sector.
Considera que hace falta un debate amplio de políticas donde participen el gobierno, representantes de los trabajadores de distintos sectores, empresarios y académicos, para discutir medidas alternativas a la indemnización que las empresas erogan al recortar un puesto de trabajo cuando el ciclo económico es negativo.
“Una alternativa podría ser un seguro de desempleo, aunque habría que pensar en reglas de operación claras, cómo se financiaría, qué pasaría con los trabajadores informales”, afirma.
Otro aspecto relevante sería analizar el costo en seguridad social, pues los trabajadores asegurados al IMSS terminan pagando parte de los costos, lo que resulta oneroso para el trabajador; mientras que un trabajador en el sector informal puede hacer cada vez más uso de recursos de protección social como el seguro popular, sin tener que pagar impuestos, expone.
En este sentido, añade el investigador, quizá sería más atractivo buscar un sistema de salud universal, que sería más eficiente y equitativo.
Por otro lado, comenta que los esquemas de empleo implementados por la Secretaría del Trabajo “tienen que repensarse dramáticamente, pues son programas muy pequeños con un impacto mínimo”.
Por su parte, José Luis de la Cruz recomienda efectuar políticas macroeconómicas como una reforma fiscal que permita que las mipymes realicen innovación, facilitar la entrada de empresas, y evitar el traslape entre los impuestos sobre la Renta (ISR) y el Empresarial a Tasa Única (IETU).
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