El mercadillo ya no es lo que era, y si no que se lo digan a los vendedores ambulantes. La crisis ha hecho estragos también entre los productos más baratos, los que se encuentran en los puestos de Los Álamos dos veces por semana. También los vendedores ambulantes se han percatado de la reducción en sus ventas.
Una de las razones de la ‘crisis de la placilla’ es sin duda el exagerado incremento en la cuota de la licencia semestral en Motril. A pesar de que todos los municipios costeros han subido más o menos esta cuota, en Motril «es del 100%», según cuenta la presidenta de vendedores ambulantes, Carmen Gálvez: «El año pasado, se pagaba por un semestre de permiso en Motril 232 euros; este año la cuota es de 463».
Los mercadillos vecinos, los que se montan todos los veranos en Torrenueva o Calahonda también tienen sus problemas. Este año el permiso tiene menos días, ya que antes incluía el mes de septiembre y ahora finaliza en los últimos días de agosto. No obstante, se pide más por menos: «100 euros más de cuota, llegando ya a los 250 por dos meses de verano».
«La crisis está acechando en el mercadillo y cada día cae uno nuevo», afirma Antonio Granizo, dueño de un puesto de zapatos.
«Están esperando a que caiga uno para pisarle el cuello, aquí te quitan el sitio y se quedan igual». La situación es difícil para estos comerciantes autónomos, que tienen que ver cómo otros vendedores ‘ilegales’ venden al lado sin licencia.
«Hay poco control policial», cuenta Carmen Gálvez, ya que aunque el mercadillo de Motril es uno de los más vigilados, los de Torrenueva o Calahonda «no reciben su visita».
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