El alcalde Jaime Nebot advirtió que no permitirá que la urbe vuelva al caos.
El sábado, las calles 10 de agosto, Sucre, 6 de Marzo, Pío Montúfar, Clemente Ballén y Santa Elena en el centro de Guayaquil amanecieron resguardadas.
Cerca de 150 policías metropolitanos y una docena de empleados del Municipio protegían las aceras y las 4 cuadras del Mercado Central. La consigna, al igual que los tres días anteriores, era no permitir que los más de 1.500 vendedores informales instalen sus puestos.
Entre tanto, el alcalde Jaime Nebot, durante la entrega de certificados del programa Hello, introducción al inglés, de Aprendamos, cuestionó las acciones de los informales.
“No hay que dejarlos progresar, lo que quieren es que Guayaquil vuelva al caos de la inmundicia, de la calles llenas de personas que a pretexto de trabajar, porque evidentemente hemos ordenado a 35.000 comerciantes que saben trabajar (...) quieren ahuyentar el turismo que da empleo”, señaló, en referencia de los vendedores reubicados en la red de mercados, quioscos, plaza de venta y centros comerciales.
Nebot advirtió que no permitirá que la urbe vuelva al caos y que las rentas de las empresas municipales se las lleve el Gobierno central, ya que, a su criterio, sería un irrespeto a la autonomía de la ciudad.
Por su parte, el intendente de Policía, Julio Quiñónez, a través de un comunicado, ratificó su absoluto apoyo a las acciones ejecutadas por la Policía Nacional para controlar los enfrentamientos.
Destacó que es obligación de la Policía precautelar el orden público. “Estamos conscientes de la complejidad que representa la problemática de los comerciantes informales en la ciudad, pero no consideramos que los palos y las piedras sean el camino idóneo para buscar soluciones”.
Durante tres horas, 15 dirigentes de los comerciantes se reunieron con el ministro Coordinador de la Política, Ricardo Patiño. Al finalizar la reunión, César Espinosa, representante de los informales, expresó que buscarán presentar sus propuestas al Alcalde.
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