sábado, 11 de julio de 2009

Barbijos, el nuevo negocio de los vendedores ambulantes

Entre las bufandas, medias y paraguas que se venden en la peatonal Junín, aparecieron ahora los buscados cobertores bucales. Los comerciantes aprovechan la pandemia y el temor social para sacar ganancias.
Los vendedores ambulantes supieron sacar partida del cuadro más adverso que vive el sistema sanitario correntino, y ahora, a las medias, bufandas y estuches para celulares que comercializan en la peatonal Junín, incorporaron los buscados cobertores bucales. “¡Barbijos, barbijos, llegaron los barbijooos..!”, resuena la nueva oferta a viva voz en el centro de la ciudad. Los precios son casi iguales a los vendidos en farmacias.
Rápidos de reflejo, varios vendedores ambulantes expusieron ayer el nuevo objeto comercial callejero: los barbijos. Muchos se acercaron a comprar, sin embargo, varios vieron con recelo la calidad del objeto y prefirieron optar por la venta en farmacias. “Son los mismos que se venden en otras partes. Están desde los más baratos a los más caros”, dijo el vendedor que ayer ofrecía a viva voz los protectores.
Los precios varían de acuerdo a la calidad. Están los que llaman “descartables” que se venden a 5 pesos, luego hay de 8 pesos, y de 10 los más recomendables. “La gente se acerca a comprar, aunque no se ve muy desesperada. Se vendió mucho, pero no tanto como se cree”, agregó el comerciante que ayer por la tarde, y con la llovizna constante, prefirió dar prioridad a la venta de paraguas. “Por ahora estamos vendiendo más sombrillas que barbijos”.
Así como en verano los puestos de venta de paraguas se materializan en la Peatonal apenas se ve la primera nube negra en el horizonte, la explosión de Gripe A movilizó la venta de los cobertores bucales en las calles correntinas, pese a que la demanda no fue la esperada.
Respecto a los precios, no difirieron mucho de la venta en farmacias, donde el más barato cuesta 4 pesos, el descartable, y el más caro, 10. Ni una diferencia, sólo algunos compradores confían más en la calidad protectora de éstos que la de los callejeros que, por otra parte, están al alcance del transeúnte, con envoltorios que evitan la contaminación.

Demanda en baja
“Al principio se vendieron muchísimos barbijos, nos quedamos sin stock. Pero ahora, la venta cayó bastante”, contó uno de los farmacéuticos consultados por este medio. Supuso que la caída se debió a la reiteradas sugerencias de que su uso no debe ser masivo, sino sólo para quienes están enfermos o en permanente contacto con pacientes infectados.

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