La luz roja del semáforo de Príncipe de Gales con Avenida Ossa marca los 55 segundos que tiene Esteban Martínez para limpiar los parabrisas de los automovilistas que paran en esa intersección. La mayoría de ellos prefiere bajar la velocidad metros antes para evitar el servicio y lidiar con la que es una verdadera pesadilla veraniega para los conductores: los limpiaparabrisas.
“Una propinita o un cigarro no más”, vale la atención. Grupos de dos o tres se apoderan de las esquinas, donde además de limpiar vidrios, “también se dedican a pedir monedas y a tomar, sobre todo en las noches”, se queja Paula Mondaca, que vive en Colón con Vespucio.
Los reclamos de vecinos y locatarios de esa esquina y las de Bilbao con Colón, Alonso de Córdova con Kennedy lateral, Príncipe de Gales con Avenida Ossa y Bilbao con Latadía —algunas de las con mayor presencia de limpiaparabrisas— son los mismos: “Toman en las esquinas”... “molestan a las mujeres”... “amenazan a los automovilistas” y “generan una sensación de inseguridad”.
“Los viernes en la noche y los sábados en la mañana llegan familias enteras a estas esquinas, se instalan a limpiar vidrios, mientras otros les piden plata a los peatones. Se adueñan de la calle”, señala Francisco Verdugo, cuidador de una compra venta de automóviles ubicada en Bilbao con Vespucio.
“Esta esquina es mía”
“Esta esquina es mía, llevo tres años trabajando y no va a venir cualquiera a quitármela, yo dejo que trabajen una o dos personas más, pero nada más. Si llega otro grupo, los hecho de acá”, señala Esteban Martínez.
El llega a su esquina a las cuatro de la tarde y se va cerca de las diez de la noche. Jornada de seis horas que renta: “En estas esquinas uno se hace entre 10 y 15 lucas en una tarde, hay que trabajar harto eso sí. Yo antes iba a veces a Manquehue con Colón y también me hacía la misma plata. Por ejemplo, trabajo de lunes a sábado y en el mes gano entre 250 y 300 lucas”.
Como este testimonio, la mayoría de los limpiaparabrisas no madrugan: comienzan a aparecer cerca de las tres y media de la tarde y se les ve hasta las 10 y media de la noche. Eso sí, los viernes y sábado “se toman la calle hasta las 2 de la mañana. Se ponen a tomar y es cuando se ponen más pesados con los automovilistas, en especial con las mujeres”, señala Manuel Ríos, empleado de una estación de servicio de Colón con Vespucio.
El papel de municipios y Carabineros
En la municipalidad de La Reina están al tanto de la situación debido a los constantes llamados de los vecinos, quienes alegan principalmente debido a los robos en Príncipe de Gales con Avenida Ossa. En el departamento de Seguridad y Emergencias del municipio explican que el problema persiste desde hace mucho tiempo, pero que ellos no pueden hacer más que dar aviso a Carabineros.
Estos señalan que sólo reciben reclamos y no denuncias y por ello no pueden tomar más medidas que patrullajes preventivos y controles de identidad. “Si están con su cédula, no podemos hacer nada, porque no hacen desórdenes. Por eso, cada vez que los automovilistas sean víctimas de robos, que hagan la denuncia”, señala el capitán Claudio Valencia, de la 16a Comisaría de La Reina.
Al ser consultadas, los municipios de Las Condes y Providencia señalan los mismos problemas, pero se sienten con las manos atadas al no existir denuncias formales más allá que reclamos verbales o vía mail.
La Segunda
“Una propinita o un cigarro no más”, vale la atención. Grupos de dos o tres se apoderan de las esquinas, donde además de limpiar vidrios, “también se dedican a pedir monedas y a tomar, sobre todo en las noches”, se queja Paula Mondaca, que vive en Colón con Vespucio.
Los reclamos de vecinos y locatarios de esa esquina y las de Bilbao con Colón, Alonso de Córdova con Kennedy lateral, Príncipe de Gales con Avenida Ossa y Bilbao con Latadía —algunas de las con mayor presencia de limpiaparabrisas— son los mismos: “Toman en las esquinas”... “molestan a las mujeres”... “amenazan a los automovilistas” y “generan una sensación de inseguridad”.
“Los viernes en la noche y los sábados en la mañana llegan familias enteras a estas esquinas, se instalan a limpiar vidrios, mientras otros les piden plata a los peatones. Se adueñan de la calle”, señala Francisco Verdugo, cuidador de una compra venta de automóviles ubicada en Bilbao con Vespucio.
“Esta esquina es mía”
“Esta esquina es mía, llevo tres años trabajando y no va a venir cualquiera a quitármela, yo dejo que trabajen una o dos personas más, pero nada más. Si llega otro grupo, los hecho de acá”, señala Esteban Martínez.
El llega a su esquina a las cuatro de la tarde y se va cerca de las diez de la noche. Jornada de seis horas que renta: “En estas esquinas uno se hace entre 10 y 15 lucas en una tarde, hay que trabajar harto eso sí. Yo antes iba a veces a Manquehue con Colón y también me hacía la misma plata. Por ejemplo, trabajo de lunes a sábado y en el mes gano entre 250 y 300 lucas”.
Como este testimonio, la mayoría de los limpiaparabrisas no madrugan: comienzan a aparecer cerca de las tres y media de la tarde y se les ve hasta las 10 y media de la noche. Eso sí, los viernes y sábado “se toman la calle hasta las 2 de la mañana. Se ponen a tomar y es cuando se ponen más pesados con los automovilistas, en especial con las mujeres”, señala Manuel Ríos, empleado de una estación de servicio de Colón con Vespucio.
El papel de municipios y Carabineros
En la municipalidad de La Reina están al tanto de la situación debido a los constantes llamados de los vecinos, quienes alegan principalmente debido a los robos en Príncipe de Gales con Avenida Ossa. En el departamento de Seguridad y Emergencias del municipio explican que el problema persiste desde hace mucho tiempo, pero que ellos no pueden hacer más que dar aviso a Carabineros.
Estos señalan que sólo reciben reclamos y no denuncias y por ello no pueden tomar más medidas que patrullajes preventivos y controles de identidad. “Si están con su cédula, no podemos hacer nada, porque no hacen desórdenes. Por eso, cada vez que los automovilistas sean víctimas de robos, que hagan la denuncia”, señala el capitán Claudio Valencia, de la 16a Comisaría de La Reina.
Al ser consultadas, los municipios de Las Condes y Providencia señalan los mismos problemas, pero se sienten con las manos atadas al no existir denuncias formales más allá que reclamos verbales o vía mail.
La Segunda
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