martes, 8 de mayo de 2012

Trabajo informal en una economía formal


Julio Moreno.

Es más que significativo el porcentaje de trabajadores que no pagan impuestos ni hacen aportes a una obra social ni al pago de jubilaciones, es decir, son trabajadores informales o en “negro”. Según los datos del Indec para el tercer trimestre del año pasado, el 34,6% de los trabajadores activos estaban en esas condiciones y actualmente estos porcentajes van en aumento.

Este fenómeno es relativamente reciente. Se inició a fines del siglo pasado con consecuencias directas en la economía, especialmente de los países subdesarrollados. Entre las causas de este gran crecimiento podemos citar: 
a) El intenso proceso de migración rural-urbano que dio origen a la creación de grandes centros urbanos sin infraestructura, generando problemas de hacinamiento y marginación; 
b) El modelo industrializador y de sustitución de mano de obra, que junto a las políticas públicas han generado gran cantidad de desocupados;
c) El cada vez mayor número de pequeños productores o microemprendedores que no aportan a ningún sistema de seguridad social, previsional y no pagan impuestos.
El trabajo informal está relacionado con el aumento de la demanda de trabajo y empleo, que no pudo compensar la mayor oferta de trabajo generada por el crecimiento poblacional y por la migración.
Entre las características de los sectores informales podemos citar el difícil acceso al crédito, la no propiedad de los medios de producción y los escasos niveles de formación educativa, entre otros. Recordemos, además, que este sector aporta trabajadores al sector formal cuando este lo necesita y los recibe cuando son expulsados. También, en algunos casos, no contribuye con el medio ambiente por los métodos de producción utilizados. En definitiva, se debe tratar de disminuir este segmento a través de políticas públicas, de capacitación, planes de fomento, etcétera.
Debemos ser conscientes de que los sectores informales se dan por factores económicos, culturales, sociales y políticos.
Fuerza activa total: 19 millones de trabajadores (estimada).
Desocupados: 1.273.000 trabajadores.
Trabajadores formales: 11.069.600 trabajadores.
Trabajadores informales: 6.657.400 trabajadores.
Es muy significativa la cantidad de trabajadores informales que existen en nuestro país y, al no pagar impuestos ni contribuir con la seguridad social, es la economía formal la que soporta el gasto en Educación, Salud, Justicia y otros servicios para todos los habitantes.
Los trabajadores informales no solo son los que no poseen un trabajo digno en relación de dependencia, sino, además, son los que realizan algún tipo de actividades individuales o en grupo, como artesanos o pequeños productores agropecuarios.
La economía informal, también llamada “en negro”, “subterránea” o en ”B”, es donde se refugia la producción de bienes y servicios a pequeña escala.
 
 
Durante el segundo trimestre del 2011, para una remuneración bruta promedio del sector privado de algo más de 5.500 pesos, el costo no salarial (incluye aportes patronales) fue de 2.000 pesos. Estos datos fueron aportados en un reciente informe de SEL Consultores.
Después de analizar los costos de los trabajadores formales, podemos explicar y también llegar a justificar la alta incidencia de trabajadores informales en la economía.
Una de las mejores formas de disminuir el trabajo informal es reduciendo el costo del trabajo formal, es decir bajar lo máximo posible el monto de los aportes patronales y a la seguridad social. Se trata, en definitiva, de crear las condiciones para que a los empleadores les convenga económicamente mantener a los trabajadores en el sistema formal. Esto se logra con convicción y decisiones políticas.
En Argentina necesitamos que se generen muchas más fuentes de trabajo genuino en una economía formal, y para lograr este objetivo se deben disminuir los aportes patronales, como así también los aportes a la seguridad social y algunos tramos del impuesto a las ganancias. Solo implementando estas medidas se logrará en el mediano plazo que la economía informal vaya perdiendo importancia relativa respecto de la formal.
Por un lado, el trabajador informal o el empleador que contrate trabajadores informales ingresarán en la economía formal y no correrán el riesgo de perder un juicio o pagar indemnizaciones o multas que puedan llevarlo a perder todo su capital, especialmente las micro, pequeñas y medianas empresas (pymes)
Desde el Gobierno se tiene que hacer el siguiente análisis: lo que deja de percibir por la disminución de aportes al trabajo lo recuperará con otros impuestos como el impuesto al valor agregado (IVA), a las ganancias, bienes personales, etcétera, porque se blanqueará un porcentaje importante de la economía como consecuencia de haber ingresado al circuito formal buena parte del sector informal que desarrolla sus actividades en la economía informal o subterránea. 


Algunos números
Si estimamos en nuestro país la fuerza activa en 19 millones de trabajadores y, según los datos del Indec para el tercer trimestre del 2011, la tasa de desocupación fue del 6,7% y el porcentaje de trabajadores informales alcanzan al 34,6% de esa fuerza activa, tenemos los siguientes números:
El costo salarial
El costo de los aportes patronales y los aportes personales de un trabajador en blanco representa el 40% de lo que percibe el asalariado (su salario de bolsillo) y representa casi un 30% del costo salarial total para el empleador.

Disminuir el trabajo informal
Una de las mejores formas de disminuir el trabajo informal es reduciendo el costo del trabajo formal, es decir bajar lo máximo posible el monto de los aportes patronales y a la seguridad social. Se trata, en definitiva, de crear las condiciones para que a los empleadores les convenga económicamente mantener a los trabajadores en el sistema formal. Esto se logra con convicción y decisiones políticas.
En Argentina necesitamos que se generen muchas más fuentes de trabajo genuino en una economía formal, y para lograr este objetivo se deben disminuir los aportes patronales, como así también los aportes a la seguridad social y algunos tramos del impuesto a las ganancias. Solo implementando estas medidas se logrará en el mediano plazo que la economía informal vaya perdiendo importancia relativa respecto de la formal.
Por un lado, el trabajador informal o el empleador que contrate trabajadores informales ingresarán en la economía formal y no correrán el riesgo de perder un juicio o pagar indemnizaciones o multas que puedan llevarlo a perder todo su capital, especialmente las micro, pequeñas y medianas empresas (pymes)
Desde el Gobierno se tiene que hacer el siguiente análisis: lo que deja de percibir por la disminución de aportes al trabajo lo recuperará con otros impuestos como el impuesto al valor agregado (IVA), a las ganancias, bienes personales, etcétera, porque se blanqueará un porcentaje importante de la economía como consecuencia de haber ingresado al circuito formal buena parte del sector informal que desarrolla sus actividades en la economía informal o subterránea. 
 


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