lunes, 4 de julio de 2011

Por qué el empleo crece menos que la economía

Pese al renovado brío de la economía en 2010, luego de la crisis de 2009, y aunque la tasa de desocupación siga disminuyendo y se ubique en el primer trimestre de este año en un alentador 7,3%, las tasas de crecimiento del PBI y del empleo no evolucionan de modo parejo.




El crecimiento de la ocupación denota una desaceleración importante. Las cifras son contundentes: mientras que entre 2003 a 2007 la tasa de crecimiento del empleo fue del 4,5% en el sector privado, desde 2007 a 2010 bajó al 1,7%.

Según el último estudio de SEL Consultores, esta es una tendencia sin perspectivas de modificación para los próximos años. Desde el estricto punto de vista económico, para sostener el consumo en el mercado interno ya no se puede esperar una significativa incorporación de la población al mercado de trabajo, sino que se deberá seguir recurriendo a la suba de salarios.

“En perspectiva es difícil que esta situación se modifique. El sostenimiento del consumo por el lado de los ingresos del trabajo, que en buena medida es el motor del crecimiento del nivel de actividad, deberá apoyarse más en los aumentos de salarios que en la creación de empleo. El interrogante es cómo esto afectará a la inflación y la inclusión social de quienes aún están fuera del sector formal”, explicó Ernesto Kritz, titular de SEL.

En 2008, por ejemplo, con un crecimiento del PBI de 6,8%, el incremento desempleo privado registrado fue de 6,4%; en 2010, con un alza del PBI de 9,1%, el número de asalariados privados registrados creció sólo 2,6% (3,5% en el segundo semestre). El impacto recesivo sobre el mercado de trabajo como consecuencia de la crisis internacional fue grave: se destruyeron 200.000 empleos, y la recuperación de los puestos de trabajo fue más lenta de lo que podía esperarse si las causas hubieran sido sólo exógenas. De cada 10 empleos generados en este ciclo, 8 corresponden al tramo 2003-2007 y sólo 2 al lapso 2007-2010. El desempleo sigue en el nivel de la década del 80 y el porcentaje de empleo informal es igual al promedio vigente en los años de 1990 a 1995.

“En parte, esta importante desaceleración se explica por la recesión originada en la crisis internacional de 2008-2009. Pero la pregunta aún pendiente de respuesta es cuáles son los factores endógenos que determinaron la desaceleración de la creación de empleo después de 2007, en particular en el sector privado formal.”, dice Kritz.

Crisis sobre crisis La crisis de 2001-2002 en la Argentina tensó la desocupación hasta el 20,4% para el primer trimestre de 2003. Desde ese entonces se crearon 3 millones de empleos, dos tercios de los cuales fueron trabajo registrado en el sector privado, lo que llevó a reducir la tasa desde 18% en el segundo trimestre de ese año al actual 7,3%. La informalidad laboral bajó, en ese lapso, del 49,2% al 34,1%.

“Es, muy probablemente, el mayor logro de la política económica en el período, con efectos favorables sobre la situación social y la calidad de la ocupación – dice Kritz – tomando estos indicadores respecto al pico de la crisis, pero aún no con relación a los registros de más largo plazo”.

“La desaceleración de la creación de empleo desde fines de 2007 puede ser efecto de una sustitución de trabajo por capital asociada al cambio de los precios relativos de esos factores”, explica.

“Un aspecto que en este sentido vale la pena examinar es la evolución de los precios relativos entre el trabajo y el capital. La hipótesis subyacente es si eventuales cambios en esos precios relativos no han inducido alguna sustitución de factores”, sostiene Kritz.

Hasta 2007, el precio del factor trabajo creció menos que el de la inversión en equipos durables, pero luego la relación se invierte y, con la misma base, la serie de salarios es ahora un 43% más alta.

Los índices dados corresponden siempre al trabajo formal en el sector privado. El único segmento del mercado laboral donde se verifica una aceleración en el período 2007-2010 es en el sector público consolidado.

Un análisis detallado a partir de los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares indica que en este lapso el número de asalariados públicos creció a una tasa anual de 4% vs. 2,7% en 2003-2007, lo que puede atribuirse a la recesión, si es que se trató de una política anticíclicaPese al renovado brío de la economía en 2010, luego de la crisis de 2009, y aunque la tasa de desocupación siga disminuyendo y se ubique en el primer trimestre de este año en un alentador 7,3%, las tasas de crecimiento del PBI y del empleo no evolucionan de modo parejo.


El crecimiento de la ocupación denota una desaceleración importante. Las cifras son contundentes: mientras que entre 2003 a 2007 la tasa de crecimiento del empleo fue del 4,5% en el sector privado, desde 2007 a 2010 bajó al 1,7%.

Según el último estudio de SEL Consultores, esta es una tendencia sin perspectivas de modificación para los próximos años. Desde el estricto punto de vista económico, para sostener el consumo en el mercado interno ya no se puede esperar una significativa incorporación de la población al mercado de trabajo, sino que se deberá seguir recurriendo a la suba de salarios.

“En perspectiva es difícil que esta situación se modifique. El sostenimiento del consumo por el lado de los ingresos del trabajo, que en buena medida es el motor del crecimiento del nivel de actividad, deberá apoyarse más en los aumentos de salarios que en la creación de empleo. El interrogante es cómo esto afectará a la inflación y la inclusión social de quienes aún están fuera del sector formal”, explicó Ernesto Kritz, titular de SEL.

En 2008, por ejemplo, con un crecimiento del PBI de 6,8%, el incremento desempleo privado registrado fue de 6,4%; en 2010, con un alza del PBI de 9,1%, el número de asalariados privados registrados creció sólo 2,6% (3,5% en el segundo semestre). El impacto recesivo sobre el mercado de trabajo como consecuencia de la crisis internacional fue grave: se destruyeron 200.000 empleos, y la recuperación de los puestos de trabajo fue más lenta de lo que podía esperarse si las causas hubieran sido sólo exógenas. De cada 10 empleos generados en este ciclo, 8 corresponden al tramo 2003-2007 y sólo 2 al lapso 2007-2010. El desempleo sigue en el nivel de la década del 80 y el porcentaje de empleo informal es igual al promedio vigente en los años de 1990 a 1995.

“En parte, esta importante desaceleración se explica por la recesión originada en la crisis internacional de 2008-2009. Pero la pregunta aún pendiente de respuesta es cuáles son los factores endógenos que determinaron la desaceleración de la creación de empleo después de 2007, en particular en el sector privado formal.”, dice Kritz.

Crisis sobre crisis La crisis de 2001-2002 en la Argentina tensó la desocupación hasta el 20,4% para el primer trimestre de 2003. Desde ese entonces se crearon 3 millones de empleos, dos tercios de los cuales fueron trabajo registrado en el sector privado, lo que llevó a reducir la tasa desde 18% en el segundo trimestre de ese año al actual 7,3%. La informalidad laboral bajó, en ese lapso, del 49,2% al 34,1%.

“Es, muy probablemente, el mayor logro de la política económica en el período, con efectos favorables sobre la situación social y la calidad de la ocupación – dice Kritz – tomando estos indicadores respecto al pico de la crisis, pero aún no con relación a los registros de más largo plazo”.

“La desaceleración de la creación de empleo desde fines de 2007 puede ser efecto de una sustitución de trabajo por capital asociada al cambio de los precios relativos de esos factores”, explica.

“Un aspecto que en este sentido vale la pena examinar es la evolución de los precios relativos entre el trabajo y el capital. La hipótesis subyacente es si eventuales cambios en esos precios relativos no han inducido alguna sustitución de factores”, sostiene Kritz.

Hasta 2007, el precio del factor trabajo creció menos que el de la inversión en equipos durables, pero luego la relación se invierte y, con la misma base, la serie de salarios es ahora un 43% más alta.

Los índices dados corresponden siempre al trabajo formal en el sector privado. El único segmento del mercado laboral donde se verifica una aceleración en el período 2007-2010 es en el sector público consolidado.

Un análisis detallado a partir de los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares indica que en este lapso el número de asalariados públicos creció a una tasa anual de 4% vs. 2,7% en 2003-2007, lo que puede atribuirse a la recesión, si es que se trató de una política anticíclica (ver “La región ...”).

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