Los datos suministrados por el INE para muchos economistas son graves y preocupantes, pues los altos niveles de desempleo que registra el país realmente son otros, pues tras la economía informal existe una cifra importante que no es tomada en cuenta
Ciudad Guayana.- Las cifras de desempleo previstas por el director del Instituto Nacional de Estadística INE, Elías Eljuri, para finales de 2009 no sería mayor a 7,0%, sin embargo el comportamiento de este para el 2010 ha llegado a niveles que sobrepasan la tasa de 8,2%.
Los datos suministrados por el INE para muchos economistas son graves y preocupantes, pues los altos niveles de desempleo que registra el país realmente son otros, pues tras la economía informal existe una cifra importante que no es tomada en cuenta.
En el caso de Ciudad Guyana, una región famosa por su campo laboral, está minada de puntos de ventas informales a causa del desempleo, ésto por las políticas de Gobierno que más que estabilizar y minimizar las cifras de desempleo hacen que los ciudadanos salgan a la calle a vender “lo que sea” con tal de generar ingresos.
Casas y aceras nuevo lugar de trabajo
Ciudadanos que toman sus residencias y aceras como lugar de trabajo, cuentan su historia, expresan la decepción por la que pasaron antes de ser parte del sector social llamado economía informal.
“Tenía mucho tiempo sin conseguir trabajo”, “no me alcanzaba la quincena”, “mi familia creció y no era rentable trabajar por otro”, “no tenía tiempo para mis hijos”, “me cansé de esperar en un portón por una oportunidad”, “las listas de espera en una empresa básica son interminables” “no tengo para pagar un reporte” , fueron las respuestas de los entrevistados en esta entrega.
Roberto Sabaleta, de 30 años de edad, quien trabaja en una venta de quesos y masa para cachapas, explicó que pasó tres años desempleado, cuando decidió trabajar con un familiar en la venta de quesos, y con la experiencia obtenida confirmó que un negocio propio sería lo mejor para sostener a su familia, y desde hace cuatro años trabaja de forma independiente.
Por otro lado, Nayse Almeida, una madre de familia que trabajaba en una farmacia, dejó su empleo para trabajar la venta de empanadas, frente a la casa de su madre, ésto porque su sueldo no le alcanzaba, dijo “la quincena no era suficiente para todas mis obligaciones, aquí me va mejor, este negocio me dio mi casa”.
Con ella su esposo César Blanco, quien quedó desempleado una vez que culminó la contrata y no le renovaron contrato y optó por ayudar a su pareja y le resultó, dijo “este se convirtió en un negocio familiar, aquí nos va bien y no nos hace falta trabajar para nadie”.
Otro ciudadano que tomó las aceras como su puesto de trabajo fue José García, quien tiene 13 años laborando en la venta de jugos, dijo: “ yo estuve desempleado por más de año y medio, hacía una que otra que cosa, mataba tigritos pero nada era estable, y encontré esa estabilidad en la venta de jugos”, agregó que gracias a este ingreso ha podido dar educación a sus dos hijos, además de poder comprar bienes a los que antes no tenía acceso.
Más adelante nos encontramos con una joven de 21años, quien atendía una venta de aceites para vehículos y nos contó su historia “ yo trabajaba en una tienda de ropa en Unare, y a raíz de que salí embazada me di cuenta que ese sueldo no sería suficiente y me decidí a trabajar un carrito de perros calientes, y ahora vendo aceites con mi tío, la economía informal me resulta más que mi antiguo trabajo”.
Junior Thomas de 26 años, quien es bachiller, probó atendiendo un negocio de chicha y le fue rentable, expresó que estuvo tres meses buscando trabajo y terminó pensando que no había oportunidad para él y atendió el llamado de sus tíos para trabajar en la economía informal y está convencido que es mejor que trabajar para una empresa.
Otras alternativas
Las amas de casa por su parte, aunque no han salido a la calle para ser parte de la economía informal han optado por la venta de productos por catálogos, forma que genera ingresos extras para su casa, además de que se ganan premios por el logro de sus metas, este porcentaje de ciudadanos no son tomados en cuenta en las tasas de desempleo presentado por el INE.
Esto sin contar la cantidad de empleados que optan por vender ropa, bisutería, perfumes, cremas y productos varios, ésto para ayudar las quincenas que son insuficientes para los gastos de la cesta básica y demás responsabilidades del hogar.
De este modo los guayaneses amortiguan los duros golpes de la inflación, y enfrentan la decepción que resulta no encontrar oportunidad de trabajo en una empresa básica, factoría que se caracteriza por ofrecer buenos sueldos y que para el concepto de muchos dan empleo a un grupo reducido de personas que forman parte de los círculos familiares de quienes ya trabajan en estas empresas.
Por lo tanto, si el Instituto Nacional de Estadísticas tomara en cuenta este grupo de ex trabajadores que hoy son comerciantes informales, las cifras de desempleo duplicarían el porcentaje actual. Fiel reflejo de los altos niveles de desempleo de la entidad son los repetidos negocios improvisados que se han establecido en los lugares más recurrentes de la ciudad.
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