martes, 20 de julio de 2010

En juego democracia y justicia social

En juego democracia y justicia social

Desde el mirador del 2010, los posibles desenlaces en medio de una grave crisis económica que viene desde el 2008 y que están relacionados con nuestra estrecha relación con los Estados Unidos son los siguientes:

En México, la crisis económica no se superará este fin de año. Al menos en Puebla, se empezarán a reproducir las políticas fiscales y económicas que ha marcado el gobierno federal, el mismo que ha incrementado el precio a los hidrocarburos e incrementó en un punto porcentual el impuesto al valor agregado.

El reto de la política fiscal en Puebla se centrará en cómo resolver y hacer realidad las propuestas electorales que se hicieron durante estos últimos tres meses, como es el caso de “los créditos a la palabra” sin trastocar la política fiscal y los riesgos de elevar el IVA.

Desde la perspectiva de la derecha, hemos vivido con la esperanza de que la apertura comercial y financiera, formalizada con el tratado de libre comercio, propicie el crecimiento y el desarrollo económico, sin embargo, el desempleo se incrementó y el derecho social se restringió, como lo han hecho con la extinción de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.

La privatización del Estado y la desregulación de los mercados, propició la caída de la industria nacional y condujo a la desinsdustrialización y la expansión de la maquila, solamente se generaron oportunidades para un pequeño sector, la banca se transnacionalizó y se dio fin a la reforma agraria, lo que convirtió a México, en el primer país exportador de mano de obra, lo que ha desaparecido a la mano de obra joven en los ejidos.

La economía informal, se convirtió en “la palanca de desarrollo”, más importante, ya que 4 de cada 10 mexicanos, se dedican al ambulantaje, el contrabando, prostitución, narcotráfico etc. Lo que prueba que la creciente demanda de trabajo en la producción se ha convertido en un espejismo de los trabajadores. El desempleo y el subempleo afectan diariamente a la población económicamente activa.

Las remesas se han convertido en el segundo ingreso al país sólo por debajo de las ganancias de PEMEX, y lo seguirán siendo a menos que nuestros connacionales hallen mejores oportunidades de desarrollo y no tengan que pasar inclemencias en el país vecino del norte, como hoy sufren con la Ley SB1070.

Claro, no todo es negativo, a nivel nacional se han mejorado los finanzas públicas, la estabilidad macroeconómica, el crédito para el consumo, así como las tarjetas que indiscriminadamente se otorgan, ofrecen una equivocada idea de que estamos creciendo, por el contrario, el panorama es más obscuro, porque la violencia y el crecimiento del crimen organizado, aseguran la continuidad de las fuerzas armadas en las calles de la ciudades más importantes del país, pero no garantizan un clima de paz y estabilidad.

Si había alguna duda, el neoliberalismo mexicano atado a las vicisitudes de Norteamérica tiende a dividir y mantener “la zanahoria” como el premio a obtener por las organizaciones y ciudadanos que por la incertidumbre tratan de sortear de mejor manera la crisis económica.

La derecha tiene en frente un gran reto ¿cómo podrá resolver los severos rezagos que el modelo económico impone al sistema político social? O es que el desempleo, se resolverá con la sola motivación de esperanzas. Más bien se observa, la vieja teoría del péndulo que va de la izquierda a la derecha y viceversa, en síntesis, vienen muchos cambios económicos, pero pocos beneficios para la población. Nos venden la idea de la democracia y la justicia social ¿cuándo?

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