domingo, 11 de julio de 2010

Destacan Asignación Universal contra trabajo infantil :: LA MAÑANA DE CÓRDOBA

Destacan Asignación Universal contra trabajo infantil :: LA MAÑANA DE CÓRDOBA

La Asignación Universal por Hijo (AUH) que el Estado otorga a las familias de desocupados o trabajadores informales es una herramienta clave para prevenir o detectar el trabajo infantil, coincidieron esta semana referentes de las provincias argentinas reunidos en Buenos Aires.

Las Comisiones Provinciales para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (COPRETI), que conforman representantes de las provincias, sindicatos y cámaras empresarias concretaron el miércoles en la sede de la cartera laboral su XI Encuentro Nacional.

La AUH "ha generado un sistema de contraprestación que apunta a la inclusión educativa y al acceso a la salud, y pone de manifiesto los claroscuros del sistema laboral, lo que nos obliga a generar políticas públicas que alcancen a todos los niños que trabajan", dijo Silvina De Valle, coordinadora de la COPRETI de Santa Fe.

En Santa Fe, dijo De Valle, "ha aumentado sensiblemente la inclusión escolar" pero también nos enfrentamos a nuevos desafíos en torno al trabajo infantil, porque hay grupos como los trabajadores temporarios, en especial los del campo, que si se registran no cobran la asignación.

"Muchos trabajadores temporarios, en particular los cosecheros, plantean a sus empleadores la inquietud de no quedar registrados para poder seguir percibiendo la AUH. Porque al quedar inoos, pierden el beneficio, como ocurría con el plan jefes y jefas", precisó la coordinadora de la comisión.

Para De Valle en esto hay una contradicción, porque "no ocurre lo mismo con las empleadas de casas de familia. Aunque se registren, siguen percibiendo la asignación".

Santa Fe hizo además un informe que muestra "las representaciones sociales de las familias y de los funcionarios sobre el trabajo infantil".

En ese trabajo, la valoración positiva del empleo de los chicos se evidencia en expresiones de muchas familias como "mejor que esté trabajando y no en la calle", o "es bueno que aprenda el oficio de su padre".

"Incluso dentro del grupo familiar puede haber una cierta división entre los hijos, según el rendimiento escolar: al niño que le va mal en la escuela, que mejor trabaje", ejemplificó De Valle. La representación que tienen los funcionarios también es un dato para trabajar.

"No podemos fijar políticas públicas que protejan a todos los niños del trabajo infantil sino observamos la complejidad" del problema, dijo la referente de Santa Fe. Muchos funcionarios sólo lo ven en el ámbito urbano, en el lustrabotas o el niño que limpia los vidrios de los autos.

En Río Negro, donde los trabajadores temporarios -muchos de ellos frutihortícolas, ladrilleros y la gran comunidad proveniente de países limítrofes- no perciben la AUH, el trabajo infantil es en muchos casos, aunque los niños estén escolarizados, una realidad.

Esto "incluso está instalado como parte de la cultura", sostuvo María Rosa Gil, directora general de Interior de la Secretaría de Trabajo de la provincia.

Aunque hay acciones para sensibilizar a las comunidades, "sabemos que también hay una cuestión cultural que mantiene vigente la práctica del trabajo infantil", explicó la referente de Río Negro.

En Jujuy, la asignación llega a 170 de los 10.000 niños en situación de recibirla, dijo Mabel Vargas, coordinadora local de la COPRETI.

"Buscamos coordinar con Acción Social y Educación acciones para que los niños que no han accedido puedan hacerlo", explicó la representante jujeña.

Para Vargas, la libreta con la certificación de asistencias a la escuela y las vacunas se ha convertido en un instrumento de control para el acceso a la educación y a la salud, pero también para evitar que los chicos trabajen.

La población migrante que llega para las cosechas y se vuelve a ir de Jujuy a Catamarca está incluida en los programas de control en el NOA, que monitorea el trabajo en blanco y detecta en qué condiciones son tomados los trabajadores por las empresas.

"Esto nos permite controlar que trabajen los grandes y no los niños", sostuvo Vargas.

Jorge Zar, secretario de Trabajo y presidente de la COPRETI en Catamarca, coincidió en la necesidad de alcanzar a los trabajadores temporarios, muchos de ellos olivícolas.

"Además impulsamos los jardines de cosecha, de hasta 50 chicos por unidad, para que las madres puedan dejar a sus hijos de 1 a 8 años al cuidado de personal especializado, como se implementa en Salta", explicó Zar.

No obstante, buscan extender la asignación por hijo a todos los trabajadores que tengan su contrato laboral por menos de seis meses, a través del decreto 283, para todos los cosecheros, como sucede en la interzafra de Tucumán, aunque estén registrados.

"Hay una conciencia cada vez más fuerte sobre los trastornos que genera en los niños el trabajo y una decisión de los gobiernos de apercibir a los adultos que pongan a los chicos en esa obligación", señaló.

Según los organizadores del encuentro, "la política pública que extendió las asignaciones familiares a trabajadores informales y desocupados genera condiciones que disminuyen las necesidades" que llevan a incorporar a los niños al trabajo, en edad en que no están en condición de hacerlo y que la ley prohíbe.

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