Lima, 11 mar (EFE).- Una de cada tres mujeres latinoamericanas mantiene su hogar sola y el resto tiene una sobrecarga de tareas familiares que les impide tener un mejor desarrollo laboral, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) difundido hoy en Lima.
El estudio "Trabajo y Familia: Hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social" analizó una serie de cambios ocurridos en los últimos 20 años en el mercado laboral de América Latina, donde la mujer tiene un peso fundamental.
De acuerdo con el informe, elaborado en coordinación con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), un 53 por ciento de los 100 millones de mujeres latinoamericanas está integrado en el mercado laboral y ese porcentaje se eleva al 70 por ciento entre las mujeres de 20 a 40 años.
La brecha de participación laboral por género se ha reducido del 85 por ciento de varones y 38 por ciento de mujeres en 1990 a un 77 por ciento de hombres y 52 por ciento de damas en 2007.
Sin embargo, un 50,7 por ciento de mujeres latinoamericanas está trabajando en el sector informal por la insuficiencia de políticas de conciliación, que les impide equilibrar su necesidad de trabajar con sus responsabilidades domésticas de cuidar a los hijos y realizar el trabajo en casa.
La coordinadora del informe, María Elena Valenzuela, subrayó que un tercio de los hogares en América Latina depende de los ingresos de una mujer sin apoyo de una pareja, lo que demuestra el cambio del antiguo patrón de esposo proveedor y madre dedicada al cuidado del hogar.
"Esa situación ya no existe, las familias necesitan del aporte económico de la mujer, pero los empleos son también más inestables, con jornadas que incluyen más horas de trabajo y los fines de semana", apuntó.
Valenzuela, especialista regional en Género y Empleo de la OIT, señaló que independientemente de si las mujeres tienen o no empleo remunerado, ellas se hacen cargo de la mayor parte de las tareas de cuidado de la familia y el hogar, lo cual representa una fuerte carga de trabajo que no se reparte equilibradamente con los hombres.
Los costos de la ausencia de políticas de conciliación se traducen en un desaprovechamiento de la fuerza laboral femenina, que afecta la productividad de los países, y también en problemas de salud y pérdida de ingresos para las mujeres.
En tal sentido, el estudio propone elaborar un nuevo contrato social que responda a las nuevas necesidades y reduzca la desigualdad de género.
A su turno, la viceministra peruana de la Mujer y Desarrollo Social, Norma Añaños, comentó que "no puede haber conciliación laboral, si no hay una relación sana al interior de la familia", en referencia a los niveles de violencia familiar en el Perú.
Añaños dijo que en su país se cometen 12 homicidios de mujeres al mes, motivo por el cual resaltó que hay una necesidad muy grande de superar la violencia familiar y el abuso sexual, como primer paso.
La viceministra agregó que la conciliación laboral y social que el estudio de la OIT propone tiene que ver con los derechos humanos fundamentales y de los niños a ser cuidados y protegidos.
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