lunes, 18 de enero de 2010

¿Vivienda para migrantes y economía informal?: BLOG DE HORACIO URBANO

Por una serie de distorsiones estructurales del país, durante décadas la migración se convirtió al mismo tiempo en lacerante indicador de pobreza y poderoso motor de las economías regionales.

Sí, a partir de algo tan malo como la falta de oportunidades, que ha generado que millones de mexicanos abandonen el país, se han creado en el extranjero -fundamentalmente en Estados Unidos- enormes comunidades de mexicanos, que paso a paso se han convertido en una fuerza económica más que respetable, con influencia en territorio gringo y con capacidad de repatriar enormes cantidades de dinero que benefician a sus familias, sí, pero han detonado el crecimiento de regiones enteras.

Es a partir también de otra enorme distorsión, la reducida generación de empleos formales, que ha crecido enormemente la economía informal, a niveles que marcan que si actualmente hay 16 millones de trabajadores afiliados al IMSS o al ISSSTE -lo que los define como formales- hay al menos optro tanto que trabaja en la informalidad.

No le demos vueltas: migrantes e informales han sido y son parte del llamado México real.

Son -además, y al mismo tiempo- una enorme deuda social y un atractivo mercado, lo que los ubica como parte de la demanda habitacional y potenciales compradores de casas e hipotecas.

Es en ese sentido que a partir del año 2000, se han desarrollado una serie de productos dirigidos a atender las necesidades de vivienda de ambos sectores.

Para los migrantes se desarrollaron esquemas de crédito que se originaban en estados Unidos y permitían comprar casa en México.

Para los trabajadores del sector informal también se desarrollaron innovadores esquemas, que a partir de nuevas formas de comprobación de ingreso, y en ocasiones de mayores enganches, les daban también acceso a un crédito para adquirir vivienda.

Pero llegó la crisis subprime y:

A. Muchos mexicanos perdieron sus empleos en Estados Unidos y con ellos su posibilidad de contratar un crédito hipotecario o mantener al corriente el que ya tenían.

B. Ante la sequia global de recursos, las instituciones financieras endurecieron sus criterios de otorgamiento de crédito, lo que prácticamente canceló los esquemas crediiticios destinados al sector informal.

Hoy el hecho es que aun y cuando estos trabajadores siguen necesitando una respuesta para sus necesidades de vivienda, el hecho es que hay que sacarlos de lo que se debe considerar demanda reall, esto es, trabajadores que necesitan casa, pero pueden pagarla y cumplir con toda la documentación que se requiere para obtener un crédito.

Y una cosa más; migrantes que no tamarían un crédito para migrantes en Estados Unidos, mandaban el dinero que permitía que sus familias sí tomaran un crédito en México destinado a economía informal...

Habrá que ver que impacto tiene este recorte de la demanda en las cifras de venta del sector; habrá que ver si los desarrolladores han ajustado sus pronósticos ya no en función del rezago el défict habitacional, sino de unmuy bien levantado censo de trabajadores que:

1. Necesitan casa.

2. Pueden pagar el enganche y las mensualidades que ello implica.

3. Cumplen los requisitos que establecen las instituciones financieras para otorgar crédito.

Por lo pronto, hoy El Economista publicó un magnífico estudio que establece la contundencia de la caida de las remesas -la peor en cinco años-.

Y en cuanto a la informalidad, es un hecho que hoy el riesgo se medirá con mayor rigor al momento de otorgar crédito, lo que significa que aun y cuando el gobierno federal quiera atender a este sector, las instituciones financieras privadas lo pensarán dos veces antes de volverles a abrir la llave del crédito.

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