martes, 5 de enero de 2010

Incrementar la competitividad entrando en la base de la pirámide

Incrementar la competitividad entrando en la base de la pirámide

Organismos internacionales como el Banco Mundial prevén que para 2050, cerca del 85% de la población mundial estará en países en desarrollo. Pero aunque son la mayoría de la población mundial, la disparidad económica ha impedido que la población más pobre sea partícipe de la economía global del mercado.

En su estudio “Innovación en modelos de negocio: la base de la pirámide como campo de experimentación”, los investigadores del IESE Business School, Juliana Mutis y Joan Enric Ricart, dicen que la “base de la pirámide (BDP)” brinda a las empresas la posibilidad de penetrar en nuevos mercados, contribuyendo a la reducción de pobreza, al tiempo que aprende y se capacita para competir innovando en su modelo de negocio.

Los autores describen que la estrategia más usual de las multinacionales en países en desarrollo se ha basado en transferir los modelos de negocio con los que compiten en sus países de origen y esperar, de forma pasiva, a que el desarrollo del país promueva el crecimiento de una clase media capaz de adquirir sus productos o servicios. Sin embargo, esta actitud ha dado lugar a una inconsistencia estratégica, ya que, mientras por un lado se busca conseguir millones de nuevos consumidores, por el otro los modelos de negocio no se adaptan a dichos mercados.



Los retos y las oportunidades

La BDP constituye una población caracterizada por desarrollar sus actividades comerciales en la economía informal, vivir en zonas rurales, no estar bancarizada y no contar con servicios básicos.

En este contexto, Mutis y Ricart sugieren estimular el comercio y desarrollo en la BDP a través de actividades de negocio responsables. Para ello, es necesario reformular la gestión y las prácticas tradicionales, comprender las dinámicas competitivas de este mercado y diseñar modelos de negocio, productos y estrategias innovadoras capaces de ofrecer rentabilidad y desarrollo social al mismo tiempo. En este sentido, los expertos subrayan la necesidad de desarrollar nuevas capacidades que permitan a la empresa desplegar las ventajas competitivas en el futuro.

El estudio destaca la importancia de desarrollar modelos de negocio eficientes que sean capaces de crear valor para todos los actores, de forma que permitan intervenir en áreas donde falla el mercado y/o permitan superar algunos de los círculos viciosos de pobreza que atrapan a esta población.

La innovación constituye un elemento crucial de la estrategia. “El área más interesante de innovación empresarial y reducción de pobreza no es el producto en sí, sino la manera en la que los consumidores lo adquieren, lo conocen, aprenden a usarlo, financian su adquisición, lo usan y lo desechan, por lo que el modelo de negocio variará según el país”, indican los investigadores del IESE.

De este modo, la BDP puede convertirse en un reto para muchas empresas que permite poner a prueba sus capacidades de competitividad basados en la innovación y flexibilidad, como los principales propulsores de valor y como un campo de experimentación de experiencias de co-creación, puesto que “la innovación en la BDP permite anticiparse a las tendencias de los mercados desarrollados”.

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