La economía paralela, cuya mejor muestra es el comercio ambulante, es paralela porque implica todo un sistema de comercialización, financiamiento y tributación (mordidas) paralelo al que existe en la economía formal.
Según la Encuesta Nacional de Empleo, recientemente publicada por el INEGI, en el sector informal de la economía mexicana laboran 12 millones 800 mil personas, el 32% de la población económicamente activa, lo cual quiere decir que uno de cada tres mexicanos trabaja en la informalidad, que crece a una tasa anual del 5.5%, más de dos veces el crecimiento de la población económicamente activa (2.5%), y más de cuatro veces el crecimiento demográfico (1.3%). Estas cifras anteriores muestran la importancia que tiene, en nuestro país, la economía informal, que de entrada puede dividirse en tres.
La economía subterránea, formada por todos aquellos que realizan una actividad económica sin dejar la menor huella de la misma. Por ejemplo: la viuda que vive de impartir clases de piano en su casa, por las cuales recibe ingresos, pero sin expedir recibos de honorarios, de tal manera que, de esa actividad económica no queda huella alguna, ¡sobre todo para efectos fiscales!, lo cual implica, en primer lugar, que no pago impuesto sobre la renta.
La economía paralela, cuya mejor muestra es el comercio ambulante, paralela porque implica todo un sistema de comercialización, financiamiento y tributación (las mordidas que se dan a quien hay que darlas) paralelo al que existe en la economía formal.
La economía marginal, formada por los pordioseros, mendigos, lavaparabrisas, saltimbanquis, y demás sobrevivientes, quienes no tienen los medios necesarios para, siguiendo en la informalidad, abandonar la economía marginal para incorporarse, o a la economía paralela (de la cual pueden llegar a ser un apéndice, pero nada más), o a la economía subterránea (de la cual, por requerirse de un mínimo de habilidades y capital, simple y sencillamente no pueden formar parte)
La economía informal es un universo de actividades económicas muy diversas, sobre todo desde el punto de vista de la generación de ingresos, que pueden alcanzar, en la economía subterránea, para ahorrar, y que difícilmente alcanzan, en la economía marginal, para la satisfacción de las necesidades básicas. Sin embargo, algo tienen en común estas economías, común denominador que nos permite calificarlas de informales. ¿Qué es? El incumplimiento de los trámites burocráticos, en primer lugar y, en segundo término, la evasión fiscal, sobre todo en lo que al impuesto sobre la renta se refiere. ¿De qué tamaño es el problema? Al responder no olvidemos que uno de cada tres mexicanos trabaja en la economía informal, muchos de ellos generando un ingreso que no les alcanza ni para la satisfacción de sus necesidades básicas, pero muchos otros generando un ingreso que los ubica entre ese 10% de la población económicamente activa que gana más de cinco salarios mínimos y que, por trabajar en la informalidad, no pagan impuesto sobre la renta. De ese tamaño es el boquete fiscal. ¿Qué se está haciendo para taparlo?
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