Por Agencia EFE – hace 21 horas
Nueva York, 20 oct (EFE).- Un grupo de inmigrantes latinos afirmó hoy que es víctima de hostigamiento por parte de la policía y autoridades municipales, mientras trabajan vendiendo helados en las calles de El Bronx.
Una veintena de vendedores, junto al senador estatal Rubén Díaz, denunciaron que autoridades municipales les quitaron sus carritos de venta de helados, algunos de los cuales fueron destruidos, y les impusieron multas, hasta de dos mil dólares.
Los vendedores argumentaron que se les están imponiendo multas constantemente pese a que muchos de ellos tienen licencia para vender en la calle, durante una conferencia de prensa en la oficina del senador.
De acuerdo con el grupo, el problema radica en que aunque ellos tienen licencia, la ciudad exige que el carrito de venta ambulante también la tenga, pero, hace muchos años que las autoridades no otorgan ese tipo de documento.
"La ciudad tiene 'congelados' los permisos para los carritos y nosotros tenemos que trabajar", argumentaron.
La hondureña Ogla Licona, que vende helados en El Bronx hace dieciséis años, perdió su carrito, después de que trabajadores de la ciudad lo tiraran al camión de la basura y lo destruyeran, según denunció la inmigrante.
Licona dijo a Efe que le impusieron una multa de mil dólares porque su carrito no tiene la licencia y agregó que tuvo que tomar otro prestado, a la compañía que les suple el helado, para poder trabajar y pagar sus cuentas, lo mismo que ha ocurrido con todos los vendedores en iguales circunstancias.
La salvadoreña Ana María García tiene licencia hace tres años, pero, el pasado 8 de agosto empleados del Departamento de Sanidad (se encargan de la limpieza de las calles e imponen multas por diversas violaciones a la ley) acompañados por dos policías llegaron hasta el lugar donde trabaja.
De acuerdo con la mujer, que sostiene a tres hijos en El Salvador con su trabajo, un empleado del Departamento de Sanidad le pidió su licencias de vendedora así como para vender en ese punto y la del carrito.
García solo pudo mostrar dos de los permisos, y el hombre le impuso una multa de mil dólares y otra de cuatrocientos dólares y otros dos trabajadores le quitaron su carro de venta ambulante y lo tiraron al camión de la basura.
Un carrito junto con el material que necesitan para trabajar puede costar unos 1.500 dólares.
Los trabajadores tuvieron que pagar el helado a la compañía que se los suple y algunos, como el mexicano Delfino Altamiro, que no tiene licencia de vendedor, también tuvo pagar el carro que había alquilado.
"Yo tuve que pagar como 1.500 dólares", señaló Altamirano a quien han impuesto seis multas en varias ocasiones.
"He tratado de tener mi licencia. Yo tengo poco tiempo aquí, el trabajo es escaso y uno se las tiene que buscar de cualquier manera", dijo al explicar por qué vende sin licencia.
Por su parte, Luis Sepúlveda, abogado de la oficina del senador Díaz, señaló que tras despojar a los vendedores de los carros la policía tiene que entregarles un comprobante del lugar donde los llevaron.
"Ellos no tienen el derecho de destruir el carro ni echarlos a los camiones del Departamento de Salud", afirmó el abogado y explicó a los vendedores que tienen derecho a reclamar a la ciudad el coste de esa propiedad.
Para el senador Díaz, ni la policía ni los trabajadores de Sanidad actuaron sin permiso del alcalde Michael Bloomberg, a quien reclamó que ponga un alto "al abuso".
"¿Por qué permite que los departamentos de Sanidad y la Policía cometan estos abusos? ¿Porque no tienen que los defienda, porque no tienen recursos, porque son inmigrantes? Termine alcalde con esos abusos", señaló el legislador.
Explicó que hace dos meses ha intentado comunicarse con las agencias involucradas en los incidentes con los inmigrantes y que no ha recibido respuesta, por lo que decidió denunciar la situación.
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