miércoles, 7 de octubre de 2009

CONSECUENCIAS DEL EMPLEO INFORMAL EN EL PERÚ:

Pobreza y desigualdad: Si bien es cierto no existe un vínculo inmediato entre la informalidad y la pobreza, la primera tiene un efecto estadísticamente significativo sobre la segunda. El ingreso familiar de los que trabajan en el sector formal o en el sector público, están asociados con ingresos promedio más elevados.
También existe una relación entre la informalidad y la desigualdad. En su informa sobre la desigualdad, el
Banco Interamericano de Desarrollo mide las diferentes fuentes de desigualdad en América Latina, y sostiene que estar empleado en el sector formal o en el sector informal representa entre el 10% y el 25% de las desigualdad en los ingresos laborales de la escasez de capital físico y humano que caracteriza al sector informal.
Los
programas de capacitación: Los programas de capacitación son muy comunes en Latinoamérica, algunos países han imitado estos programas de otros, a quienes les esta dando buenos resultados.
Falta de protección social: Las actividades informales, casi por definición, evitan los impuestos sobre la
nómina y as contribuciones a la seguridad social, de manera que los trabajadores del sector carecen de acceso a las diferentes formas de protección social como el seguro de desempleo, el seguro de salud o la jubilación.
El Comercio Ambulatorio:
Tradicionalmente el comercio ambulatorio ha sido considerado como la actividad informal por antonomasia. Sin embargo no es más que una de las distintas manifestaciones del problema que consiste en el
desarrollo de actividades comerciales en la calle, al margen de las disposiciones legales.
El término ":comercio ambulatorio" evoco dos actividades definidas la del comerciante que deambula por la ciudad ofreciendo
productos o servicios sin un lugar fijo donde establecerse y la del comerciante que expende mercadería o presta servicios desde un puesto fijo en la vía pública.
Esta distinción no es reciente pues ya en tiempos de la Colonia se les llamaba a los primeros "regatones", por su
función minorista y su habilidad para negociar contratos y a los segundos "mercaderes de cajón", por sus emplazamientos de madera en la vía pública equívoco dado que no todos los "ambulantes" deambulan sin embargo se trata de la denominación más difundida.
En ese sentido podemos hablar de dos clases de comercio ambulatorio. La primera es la itinerante; la segunda que se ubica en un lugar fijo dentro de la vía pública. Por lo general son etapas dentro del comercio ambulatorio que los comerciantes van superando a lo largo del
tiempo para poder trabajar con mayor seguridad.
Itinerante
Esta primera
clase de comercio ambulatorio es la que desarrollan los que compran pequeñas cantidades de baratijas, golosinas víveres no perecibles y deambulan por las calles tratando de venderlos entre las personas que encuentran a su paso. Carecen pues de una ubicación fija y operan en una escala bastante reducida

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