Diego Dávila
De nuestra Redacción
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La Municipalidad profundizará el esquema de control de la venta en vía pública en la zona céntrica de la Capital, que incluirá una mayor presencia de los inspectores, incluso en horarios no comerciales, como también la ampliación en el decomiso de la mercadería exhibida.
La presencia de los vendedores ambulantes no es nueva. Comenzó a tomar una dimensión importante con la crisis de 2001 y fue consolidándose con la falta de control durante las administraciones de Germán Kammerath y Luis Juez. Este año, según estimaciones de la Cámara de Comercio de Córdoba, unos 200 puestos tenían presencia regular, con productos de los más diversos –desde alimentos, hasta electrónica y animales vivos–, cifra que se duplicó en los días del conflicto entre los empleados y las autoridades municipales.
Pero la gota que colmó el vaso se registró el sábado previo al Día del Niño, en el que los comercios de la zona céntrica denunciaron haber perdido 30 por ciento de sus ventas frente a lo que consideraron la "competencia desleal" de estos puestos.
Ante esto, la Cámara de Comercio advirtió a las autoridades municipales sobre la situación y exigió que finalmente asumieran un control más efectivo.
"La entidad comprende la situación social que se vive. Pero si esto no tiene un corte, será una ciudad incontrolable en muchos otros aspectos", asegura su titular, Mario Campise.
Más control. Al respecto, el secretario de Gobierno y Participación Ciudadana, Guillermo Luque, aseguró que desde la reestructuración del área de Control y la designación de Marcelo Andrés al frente de esa área, las inspecciones en la zona céntrica volvieron a realizarse.
Sin embargo, la idea es profundizar estas acciones, ya que ahora se realizan en promedio 20 actas diarias de infracción, que incluyen el decomiso.
El plan que se implementará en los próximos días prevé extender los controles a todo el horario comercial –sin cortes, como es en la actualidad– e inclusive realizar acciones "sorpresivas" fuera del horario comercial. Además, se sumará un plantel de seis a siete vehículos y un camión de gran porte para guardar la mercadería que se decomise en las inspecciones.
El esquema de control tendrá la participación del CPC Centro, que sumará algunos inspectores al plantel de 240 funcionarios que realizan los controles, y la propia Cámara de Comercio, que brindará información sobre los lugares donde se instalan los vendedores una vez que pasan los inspectores municipales.
Paralelamente, entre la Municipalidad y la entidad empresaria buscarán sumar a otros organismos a los controles, como Afip, Aduana y Policía Fiscal, ya que la venta callejera implica evasión impositiva y en algunos casos contrabando.
"Pasaron muchos años sin inspecciones; hoy, diferentes sectores no quieren el control y esto provoca reacciones violentas hacia los inspectores. Por eso, si no se logran acuerdos con otras entidades, que amplíen las posibilidades de la Municipalidad, se hace imposible resolver el problema", destaca Luque.
En este sentido, el funcionario aclaró que las acciones comenzarán con los puestos que venden "en el suelo", en tanto quedarán para una segunda etapa los denominados "carros azules", cuyos permisos están vencidos en su gran mayoría.
Para eso, la Municipalidad sostiene su propuesta de ofrecer un espacio en la plaza de la Intendencia, para generar allí una "feria" que dé cabida a los vendedores ambulantes.
El objetivo, asegura el funcionario, es llegar a fin de año con la zona céntrica "más controlada", lo que permitiría una mejor "presentación" de la ciudad para el turista.
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