Durante el boom inmobiliario, cuando se construía batiendo un récord tras otro en número de viviendas, el sector empleaba un gran número de personas. De hecho, durante esos años, el crecimiento del empleo en la construcción fue especialmente llamativo.
Pero llegó el inevitable y predecible crash. Se terminó esa bonanza y el desempleo sube cada día. Por supuesto que es mucho a costa de este único rubro, y todos los relacionados al mismo. Es un hecho que la construcción emplea en forma indirecta un gran número de personas.
Por lo tanto, existe una cantidad importante de personas capacitadas y sin empleo. De ellas, muchas están trabajando de un modo informal, sin hacer ninguna clase de aportes. Esto genera una competencia desleal con quienes están aún trabajando de un modo regular.
Las respuestas para este problema son complejas. Quienes no tienen ingresos, es válido que se los procuren honradamente. Pero quienes hacen el tremendo esfuerzo de mantenerse en regla, no van a poder soportar por mucho tiempo esta situación.
La respuesta la tienen que dar las autoridades.
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