a semana pasada la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconsideró al alza su propia estimación sobre el fatal impacto de la crisis en la mortandad
de empleo existente, y subrayó, con todos los elementos en la mano, que 2009 marcará el peor desempeño global en la historia en términos de creación de empleo
. De por sí terrible la advertencia, este organismo de Naciones Unidas se anima a ponerle la cereza al pastel en el arranque del sexto mes del año: con alarmante velocidad, la economía transita de la crisis del empleo a la recesión social
, dinámica que si no se revierte terminará por convertirse en una crisis política de proporciones mucho mayores
.
Muchos discursos, consultas
y reuniones de alto nivel
para enfrentar la crisis
se han registrado desde el inicio formal de la sacudida, pero nada de nada. Hasta ahora los gobiernos no han trascendido la retórica, mientras se agudiza el deterioro de las condiciones económicas y el desempleo crece a paso galopante, de tal suerte que la conclusión de la OIT (la citada cereza) es una severa llamada de atención para quienes dicen representar a los pueblos del mundo, si es que pretenden conservar el mando
que dicen tener.
Va, pues, el ingrato paseo por cortesía de la OIT: si no es controlada, la crisis mundial del empleo y de la protección social que afecta a los trabajadores, sus familias y las comunidades locales terminará por convertirse en una crisis política de proporciones mucho mayores. El tenaz fermento de la recesión social ya está en acción. Estas tensiones acrecientan la gran inquietud provocada por los precios persistentemente altos de los alimentos, las grandes disparidades de ingreso entre ricos y pobres, y el debilitamiento de las clases medias
.
En el último trimestre de 2008 y el primero de 2009 se ha registrado una rápida y sincronizada caída de inversión, consumo, producción y comercio en todo el mundo, lo que ha dado lugar a pérdidas masivas de empleo en prácticamente todo el planeta. En 2008, el desempleo a nivel mundial aumentó en 14 millones, y la tendencia actual apunta a un continuo y grave deterioro de la situación. En los Estados miembros de la OCDE (México entre ellos) más de 7 millones de personas pasaron a engrosar las listas del desempleo entre enero de 2008 e igual mes de 2009, y la tendencia es de mayor deterioro.
Los países subdesarrollados se ven especialmente afectados por las pérdidas de empleo en las industrias de la economía formal, en su mayor parte orientadas a la exportación. Estas pérdidas de empleo tenderán a aumentar el número de trabajadores de la economía informal, con inclusión de la agricultura, exacerbando así la competencia entre las ocupaciones de bajos ingresos. En América Latina el desempleo aumentó de un promedio de 7.5 por ciento en 2008 a 8.5 en el primer trimestre de 2009.
En anteriores crisis financieras transcurrieron en promedio entre cuatro y cinco años después de iniciada la recuperación económica antes de que se volvieran a alcanzar los niveles de empleo alcanzados antes de la crisis. Cuatro años después de la crisis asiática de 1997-1998, las tasas de desempleo seguían situadas por encima de los niveles anteriores a la crisis. En Tailandia, los salarios reales del sector manufacturero permanecieron deprimidos durante varios años después de la crisis de agosto de 1997. La desigualdad salarial aumentó en varios países de Asia y países miembros de la Comunidad de Estados Independientes tras la crisis de 1997-1998. En Estados Unidos, transcurrieron 35 meses antes de que el empleo volviera a alcanzar el nivel anterior a la recesión de 2001. Tras la recesión de 1990-1991 en Finlandia, pasaron 18 años antes de que la tasa de desempleo volviera a registrar el nivel anterior a la crisis.
En enero de 2009 la OIT consideró tres hipótesis con respecto al aumento del desempleo y la pobreza de los trabajadores como resultado de la crisis económica. La peor de ellas sugería que, en comparación con 2007, a finales de 2009 podía haber un aumento del desempleo mundial de más de 50 millones y que unos 200 millones de trabajadores podían verse sumergidos en una situación de extrema pobreza. La evolución reciente de la crisis y el seguimiento continuo de los mercados de trabajo indican que las tendencias actuales se sitúan en el orden de las peores previsiones. A finales de marzo pasado, la OCDE estimó una tasa de desempleo de dos dígitos para 2010 en los países de esa la zona.
Los regímenes de protección social de los países en desarrollo suelen proteger sólo a quienes tienen empleo en el sector formal de la economía, si bien la mayoría de la población trabaja en el sector informal. Como consecuencia de la recesión mundial, el empleo informal se está incrementando en muchas partes del mundo. Con el fin de compensar la disminución de los ingresos, se justifica la aplicación de medidas complementarias destinadas a prestar apoyo a los ingresos y protección social a los trabajadores y las familias que se encuentran excluidos de las prestaciones de seguridad social, toda vez que la tendencia apunta a niveles elevados y persistentes de desempleo y pobreza.
La propia FAO recientemente advirtió sobre cuán lejos está el mundo de alcanzar el objetivo del milenio de reducir a la mitad la proporción de personas malnutridas para 2015, en el contexto de una recesión económica que está agravando los efectos de la crisis alimentaria, lo que ha elevado el número total de personas que padecen hambre a casi mil millones
. Al mismo tiempo se prevé que disminuya la renta per cápita en los países que representan las tres cuartas partes de la economía mundial. El Banco Mundial estima que 53 millones de personas más serán empujadas a la pobreza (es decir, deberán subsistir con menos de 1.25 dólares diarios) como resultado de la crisis tan sólo en 2009, lo que representa un importante revés para los esfuerzos mundiales encaminados a reducir la pobreza
.
En fin, consideradas en conjunto, estas tendencias describen un terreno sembrado de peligros. Tal como lo anunciaron el FMI, el Banco Mundial y la OCDE, seguirán desapareciendo empleos en todo el mundo por lo menos hasta finales de 2010, y probablemente incluso en 2011, lo cual se traducirá en un mayor crecimiento de la economía informal, el desempleo y la pobreza
.
Las rebanadas del pastel
¿En qué programa de apoyo y rescate
se inscriben las personas físicas que, producto de su declaración fiscal 2008, fueron saqueadas por la Secretaría de Hacienda y perdieron hasta los calzones?
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