domingo, 28 de junio de 2009

Entre la ilegalidad y la necesidad de trabajar

Bárbara Figueroa

bfigueroa@estrellaarica.cl

Para nadie resulta extraña la cantidad de asesoras domésticas y medieros de nacionalidad peruana que trabajan en Arica y sus valles.

Pero, cómo llegan a la ciudad, por qué deciden trabajar fuera de su país, dónde obtienen sus trabajos, cuánto les pagan y cómo son tratados por sus patrones, son interrogantes que Tacna puede contestar.

PLAZA QUIÑONES

Hace unas semanas, en un restaurante de la vecina ciudad, un mozo reveló que existía el lugar preciso para responder parte de estas preguntas. Se trata de Plaza Quiñones, un lugar dedicado a José Abelardo Quiñones, máximo héroe de la aviación militar peruana, ubicada en el distrito Alto de la Alianza, a unos 10 ó 15 minutos del centro de Tacna.

Richard, un joven de unos 28 años, que por las mañanas se dedicaba al transporte, pero por las tardes, trabaja como sereno en la Municipalidad de Tacna, dijo que la ciudad no es tan peligrosa, pero que de igual forma se debe andar con cuidado.

Su automóvil llegó hasta una plaza que destaca por su verde y por el buen cuidado que le otorgan a plantas y árboles.

Una mirada en 360 grados basta para darse cuenta que en ese lugar existen cerca de una treintena de agencias de empleo, que resaltan por las pizarras existentes en su exterior, en las que se ofrecen trabajos para peruanos por distintas escalas de sueldos y variados servicios.

"Señorita para todo servicio, 350 soles más pasajes"; "Niñera medio tiempo, 220 soles"; "Una chica o señora para cuidado de abuelita de 75 años, 130 mil pesos", son parte de los anuncios que se pueden ver en las pizarras de cada uno de las agencias.

En estas agencias casi siempre hay personas leyendo los carteles y esperando por un trabajo.

La mayoría de las agencias son cuartos de 5 por 5 metros que tienen en su interior un escritorio, un par de sillas y uno que otro living antiguo o dado de baja de alguna casa. Todos muy oscuros y un tanto lúgubres. Los que atienden invitan a pasar y preguntan a los recién llegados qué necesitan. Así comienza el interrogatorio.

PREGUNTAS

La primera pregunta hacia el recién llegado es qué necesita. Si éste responde que busca una asesora del hogar, le preguntan para cuántos adultos y niños, cuánto paga, si es que da dinero para locomoción, dónde vive, su número de teléfono, cuántos días tendrá de descanso la contratada, de qué edad necesita personas y para qué servicios en específico. Y eso nada más. En una de las agencias dicen que no tienen a nadie de las características solicitadas por el momento, pero que durante esa misma tarde podrían contactar al cliente con alguien.

Cada una de ellas tiene letreros en su interior en que dan cuenta de cuáles son los requisitos para poder inscribirse y optar a algún trabajo. Entre estos requisitos está el tener el DNI (documento de identificación nacional); un recibo de agua o luz, para constatar direcciones; y recomendaciones de trabajos anteriores.

Muchas de las agencias promocionan tener un buen trato y también pagar excelentes sueldos. Pero realmente no es como dicen, ya que por un trabajo en Perú, una persona gana entre 350 y 500 soles (66.150 y 94.500 pesos aproximadamente) y nada más que eso.

Y aunque se pensara que sólo solicitan empleadas domésticas para Arica, también se pueden ver letreros que ofrecen trabajo en Antofagasta, con pago de 250 mil pesos más imposiciones. Así también había otro para Iquique, donde pagaban 190 mil pesos más imposiciones. Pero a pesar que son sueldos altos, a una persona que vive en Tacna no le conviene mucho trasladarse muy lejos, ya que no tendrían la posibilidad de viajar cada fin de semana a Perú para ver a sus familias.

En todas las agencias a la mano, como "Kiara", "Jancar", "La Emprendedora", "Tacna" y otras, hacen las mismas consultas y quedan de llamar durante el día para entrevistar a algunos de los postulantes.

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