Abrir el acceso al sistema financiero de los sectores más vulnerables es lo que busca la empresa RedAlmarza. Su propuesta consiste en consolidar el mercado de la vivienda social usada en los niveles socioeconómicos D y E para que así puedan contar con ese respaldo y ser ciudadanos "bancarizables" por el mercado.
La consultora, después de varios análisis, llegó a la conclusión que el mercado secundario de viviendas sociales -que al 31 de marzo 2009 en la Región Metropolitana registraba 17 mil 300 promesas de compraventa a la espera de la aprobación de los subsidio del Fondo Solidario I- se extiende más allá del ámbito habitacional, puesto que genera las condiciones para un positivo impacto socioeconómico en los segmentos más pobres de la población.
En ese sentido, el gerente general de la firma e impulsor de la iniciativa, Sergio Almarza, señaló que este cambio estructural forma una plataforma para el ingreso mucho más amplio a los servicios financieros. "Al existir este tipo de viviendas, las personas pueden pedir dinero y acceder formalmente al mercado, ya que contarán con este aval para solicitar préstamos con mejores tasas de interés", sostuvo.
El ex asesor de los ministros de Vivienda de la década de los 90 agregó que, en la actualidad, los pobres no tienen cabida en el mercado formal y deben acudir a prestamistas o usureros que nadie regula y que en la mayoría de los casos le cobran tres veces el valor del préstamo. "Al existir este mercado secundario sólido y permanente comienza a ser una garantía real para el sistema, porque después de una buena educación no hay nada más inclusivo que pertenecer al sistema bancario y eso implica una medida revolucionaria digna de lanzar como proyecto bicentenario".
Como antecedente para impulsar esta moción, Almarza argumentó que las viviendas sociales usadas el 2008 pegaron un salto en la cual muchas personas se interesaron en adquirirlas. "Es una gran consolidación de este mercado. Genera oportunidades para los allegados, puesto que de no existir esta posibilidad tendrían que vivir en sectores periféricos, lejos de sus redes sociales y lugares de trabajo".
SUBSIDIOS NACIONALES
Debido a esta explosión y para apurar el trámite para adquirir estos inmuebles, la consultora presentó una propuesta a los ministerios de Hacienda y Vivienda para que se apruebe la entrega de un fondo especial por única vez para la compra de 25 mil casas con un subsidio adicional de hasta 570 UF ($12 millones) según las condiciones socioeconómicas de las familias.Esta iniciativa es similar al fondo especial anunciado a comienzos de año para la clase media y se sumaría a los 41 mil 218 subsidios presupuestados para este año (sin contar con los nuevos beneficios anunciados por la Presidenta el 21 de mayo), con la diferencia que éstos serían destinados sólo para viviendas de segunda mano.
Además, según la consultora, se necesitaría contar con un programa estable de alrededor de 2 mil subsidios mensuales para darle continuidad.
Así las cosas, Almarza indicó que están esperando la respuesta formal del Gobierno, aunque reconoció que lograron una buena recepción por parte de Vivienda. Desde Hacienda le indicaron que lo está evaluando la Dirección de Presupuesto y agregó que "no estamos pidiendo que el Estado gaste más recursos sino más bien que los readecue y los distribuya de mejor manera".
LOS PROs Y LOS CONTRAs
El efecto que tendría este proyecto en el acceso al sistema financiero formal por parte de los sectores más rezagados de la población tiene opiniones divergentes.Para el economista de la Universidad Andrés Bello, René Sanjinés, la idea puede incidir en el acceso a un buen crédito, pues "la tenencia de activos fijos ayuda de cierta manera para que las personas puedan optar a una mejor bancarización, pero no es una característica determinante". En esa línea, agregó que el solo hecho que una persona tenga una casa no significa que pueda acceder a un préstamo inmediatamente, ya que hay otras condiciones que también priman a la hora de entregarlo como "la renta, el tipo de contrato de trabajo que tiene y si éste es variable o no".
En tanto, Francisco Castañeda, académico de la Universidad de Santiago, sostuvo que la iniciativa de entregar estos subsidios es buena, puesto que "busca mejorar las condiciones de vida de los más pobres y eso siempre es bienvenido".
En cuanto a que si esto incidiría a la hora de acceder a un crédito, Castañeda tiene una postura similar a Sanjinés. "El tener un inmueble no es fundamental, porque eso va a depender del sueldo, la ocupación y las condiciones socioeconómicas que tenga, pues el solo hecho que aparezca con un activo sirve para mejorar su imagen, pero eso no garantiza nada".
El director de Estudios del Instituto Libertad y Desarrollo, Tomás Flores, alabó este proyecto y sostuvo que todo incentivo que se entregue para que las personas sean propietarias de su vivienda es bienvenida. Asimismo, agregó que "cuando se tiene un inmueble inmediatamente pasas a ser bancarizable y se abre una serie de alternativas a las que antes no podías postular como acceder a créditos con mejores tasas".
A su vez, Carlos García, académico de la Universidad Alberto Hurtado, añadió que tiene un efecto colateral pues "permite que tenga un mejor acceso al sistema financiero". Además, indicó que con este respaldo se puede negociar mejor a una tasa de interés más conveniente, pero enfatizó que no es un cambio rotundo, aunque sí incide en una mejor posibilidad de negociar un préstamo. LN
Por CARLOS ALONSO / La Nación
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