Agencia Reforma
Distrito Federal— En el primer trimestre de 2009, el sector informal incorporó a 218 mil 68 personas más respecto al mismo periodo del año pasado, indicó la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Con esto, llegaron a 12.1 millones los ocupados que carecen de contrato, de seguridad social y de prestaciones que sí tiene la formalidad.
Además, en tan sólo un trimestre la informalidad creció en 430 mil, indicaron las estadísticas.
En el último trimestre del año pasado, el sector informal había dejado de ser el “refugio” de los desocupados, pero en los primeros tres meses del año, vuelve a generar trabajo.
Los que no encontraron puestos en la formalidad buscaron trabajo en los servicios informales, principalmente en alimentos y hospedaje, pues la generación de éstos representó 84 por ciento del total. El sector tanto formal, como informal, de la economía recortó 405 mil plazas laborales en un año, de los cuales los más afectados fueron los trabajadores en las empresas, pues ahí se despidió a 557 mil 413 personas, seguido de agricultura de subsistencia con un recorte de 170 mil puestos.
Clemente Ruiz Durán, catedrático y especialista de la UNAM, consideró que el aumento de informales obedece a que no sólo los desempleados buscan alguna actividad en este sector para sobrevivir, sino también los egresados de las escuelas. “Cada año salen de las escuelas un millón de jóvenes que buscan trabajo, pero en las condiciones actuales no pueden hallar uno formal, por lo que recurren a la informalidad. Esto también presiona la demanda en este sector”, explicó.
Además, dijo, ya que se conozcan cifras de abril a septiembre se observará un mayor deterioro laboral que incluirá el impacto de la epidemia por influenza A H1N1. Rosario Ortiz Magallón, integrante de la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados, indicó que las condiciones actuales de empleo son muy críticas y lo lógico es que las personas recurran al autoempleo para subsistir.
“El gobierno no reconocía este deterioro y cuando lo hizo, fue desviada la atención con la epidemia de influenza. No obstante, también este fenómeno traerá consecuencias económicas que aunado a la crisis impactará desfavorablemente a la economía”, explicó.
Ortiz Magallón planteó que los cierres de maquilas, paros técnicos que han impactado en el empleo formal, han permitido que la balanza se incline hacia la informalidad, pero a un alto precio.
“Estos trabajadores no gozan de prestaciones y viven en la flexibilidad laboral al extremo, además de carecen de seguridad social, lo que impedirá que no tengan un ahorro para el retiro y por consiguiente de obtener una pensión”, puntualizó.
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