lunes, 16 de febrero de 2009

Sobre la crisis financiera mundial y sus efectos en Bolivia

Alfredo MansillaEn el mundo económico–financiero, resaltando las interacciones dinámicas, existen desequilibrios y ajustes que sintetizan la capacidad de manejo de estrategias-políticas por parte de los países y/o actores involucrados en el comercio internacional, cuyo resultado en una determinada coyuntura, son de ganancia o pérdida. Los desequilibrios de la economía norteamericana vinculados a un fenomenal macro robo, llamado elegantemente transferencia financiera para el Asia y negocio redondo para sus transnacionales en contra de su propia economía, asociado a la incompetencia de gestión de los republicanos, creación de una guerra destinada al control del precio del petróleo, transferencia de tecnología generadora de excedente sin reinversión en el país de origen, además del consumo preferencial del producto foráneo asociado al manejo de las economías de escala, son los principales aspectos que sintetizan una economía de filtración que perdió credibilidad en su ámbito interno (psicosis social), explicándose con ello, la caída del precio de las acciones y la disminución de los indicadores sintetizados en el manejo cotidiano de índices referenciales para la canalización de la inversión en el mundo bursátil. No debemos olvidar que la economía norteamericana consumía aproximadamente el 40% del recurso energético mundial, que la expansión productiva mundial, resaltando la producción de los países emergentes, provocaron en un primer momento, el exceso de demanda del petróleo y en general de las materias primas, motivo por el cual hubo un alza significativa de sus precios, beneficiando todo ello al potenciamiento de la economía latinoamericana y particularmente la boliviana caracterizada por la exportación de materias primas, además de haberse obtenido ingresos significativos por parte de las remesas de los compatriotas emigrantes, renegociación en el tema de los hidrocarburos y economía subterránea, que con la devaluación del dólar norteamericano, han posibilitado que tengamos un monto mayor a los 7.600 millones de dólares en reservas internacionales netas. Las consecuencias de la crisis económica norteamericana han sido duras en el contexto planetario. La contracción del aparato productivo ha generado merma de producción, productividad y desempleo que denotan pérdidas catastróficas en el mundo empresarial y para la sociedad. La disminución de la demanda global de insumos para la producción, incide en la disminución del precio del barril de petróleo y las materias primas, además de haberse encontrado alternativas energéticas asociadas al manejo de los biocombustibles, provocando ello, la merma de ingresos en la economía boliviana. Las remesas de los emigrantes han disminuido, pese a que en los países europeos y en Norteamérica se generan políticas tendientes a inyectar dólares para incrementar la demanda, producción y empleo en el corto plazo. El Gobierno central de nuestro país ha indicado que por lo menos 1.800 millones de dólares se van a inyectar en la economía nacional para evitar los efectos de la crisis mundial. Empero, con los escándalos de corrupción y las limitaciones vinculadas a la planificación y evaluación de proyectos, será que podremos realizar inversiones significativas que tengan impacto y sostenibilidad. Blindaje económicoEl Gobierno nos ha indicado que tenemos blindaje ante el fenómeno de la crisis económica financiera mundial. Podría ser relativamente válida la aseveración, ya que, la economía nacional se sostiene en base a la informalidad asociada al contrabando de exportación (narcotráfico) e importación que todos conocemos, pero evitamos el tratamiento del asunto. Los bolivianos podríamos aprovechar para importar bienes de capital, potenciar nuestro aparato productivo, ya que con parte de nuestras reservas internacionales netas, tenemos una gran oportunidad para aprovechar el desequilibrio mundial analizado. La inversión estatal debe darse en sectores estratégicos, pero también, se debe impulsar el sector privado nacional. Lo importante para nuestra economía es evitar la fuga de dólares, evitando la importación de bienes suntuarios. El Gobierno boliviano podría tener relativo blindaje ante los efectos de la crisis financiera mundial al capitalizar la economía informal. El sistema financiero boliviano no tiene problemas, sus inversiones en el ámbito bursátil mundial son incipientes, las reservas internacionales netas y la economía subterránea dan solidez a nuestra economía, no debemos olvidar que hay muchas maneras de lavar el dinero ilegal, y ese dinero, dinamiza nuestra economía. La gestión populista tiene buen manejo macroeconómico y sabe capitalizar la economía subterránea, aunque se pregone la lucha contra la corrupción. Retos para la productividadSe deben bajar las tasas de interés para el acceso al crédito productivo y afianzar el trabajo de las universidades en la intención de garantizar procesos de inversión estudiados en sus viabilidades y su respectiva gestión de riesgos para que la inversión tenga retorno, excedentes, impacto, además de posibilitar la cadena de la reinversión y ampliación de la producción, productividad, ingreso y empleo. Existen argumentos que señalan que por efecto de la crisis financiera norteamericana y mundial, un gran contingente de compatriotas viene retornando al país. No debemos olvidar que los que retornan traerán ahorros en dólares, no vienen con las manos vacías, las remesas no son sinónimo de envío de toda su reserva o ahorro. Por tanto, tendríamos mayor liquidez destinada a plasmar la inversión productiva. Además, los países que acogen a nuestros compatriotas relativamente calificados, no permitirán la filtración de dinero en sus economías. InflaciónLa inflación en la economía boliviana será menor que el año pasado, es lógico por la contracción económica mundial; pero, siempre y cuándo la población no se dedique al consumismo, presionando un aparato productivo sin capacidad de respuesta; además, asumiendo que exista inversión gubernamental complementada a la inversión privada. Caso contrario, si seguimos en la pugna de los últimos tres años, la inflación por especulación o sabotaje seguirá primando y malogrando nuestra economía, que por cierto tiene características especiales asociadas al tema de la limitada educación cuya proporcionalidad directa es vital para el proceso productivo. Los norteamericanos para salir de su problema de crisis, utilizaran una política de orden Keynesiano. Es decir, deben incentivar su demanda interna, para ello, deben inyectar dólares o liquidez en su economía, bajando las tasas de interés. La inversión debe generar producción, empleo e ingreso, sin olvidarnos que ese ingreso debe fomentar el consumo de su producción nacional (proteccionismo), es así que se aumenta la demanda y se encamina nuevamente el ideal de modelo que busca el pleno empleo. Los norteamericanos no saldrán de su esquema capitalista, el mismo podría tener algunas modificaciones estratégicas, destacando además que, una gran alternativa para su reactivación es el potenciamiento del NAFTA y el acercamiento que se pueda tener con Latinoamérica para canalizar una alianza estratégica destinada al aprovechamiento de sus materias primas y poner freno a la arremetida China y de los países emergentes. En el contexto planetario gran parte de las reservas se utilizarán para inyectar liquidez y credibilidad del aparato productivo, a fin de revertir la crisis financiera que ante todo sintetiza una psicosis social provocada por los traidores de la economía norteamericana. No debemos olvidar que los desequilibrios económicos prolongados provocan crisis y las estrategias para salvar el tema financiero se asocian a la generación de liquidez afianzadora de la credibilidad y estabilidad. Lo anterior, nos indica que los organismos multilaterales jugarán un rol importante para la generación de liquidez en economías recesivas.Economía abigarradaMuchas analísticas indican que la recesión mundial generará infinidad de desempleos en Bolivia. Empero, debemos entender que por ejemplo, en el sector minero, la contracción logro esos resultados, no debiendo olvidar que la minería así como tiene sus épocas de bonanza por el alza de los precios y por ende excedentes significativos, dichos beneficios son transferidos al fortalecimiento del sector del auto transporte y la vivienda. El sector minero enmarcado en las economías de fluctuaciones, han permitido captar divisas a nuestro Estado, pudiendo utilizarse esos excedentes en el potenciamiento del aparato productivo y su respectiva diversificación; me parece que el sector mencionado exagera su intervención en el sector citado, cuando podríamos profundizar por ejemplo la inversión en el sector de los ferrocarriles con enfoque integrador nacional y comunitario.La economía funciona en base a supuestos y si los mismos varían, se transforman los escenarios, debiendo cambiarse la estrategia. El país requiere de cambios estructurales y lo estructural se cimienta en la planificación creativa asociada al cambio de actitud que resuma compromiso para canalizar el desempeño económico que busque el bienestar colectivo eficiente provocado por la inversión pública y la inversión privada.

* Alfredo Mansilla, es economista, experto en Gestión y Evaluación de Proyectos.

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