sábado, 17 de enero de 2009

Revelan cifras oficiales que empleo informal se duplica, advierte IIEc-UNAM

La CEPAL prevé que la desaceleración económica mundial repercutirá en América Latina, con una menor demanda de bienes de exportación y baja inversión en el sector productivo.

Ciudad de México.-- En México, 10 por ciento de la población recibe aproximadamente 40 por ciento del ingreso nacional, en tanto que 20 por ciento del sector más pobre sólo percibe un cuatro por ciento, aseguró la secretaria académica del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Verónica Ofelia Villarespe Reyes.

Lo anterior, subrayó la especialista, refleja concentración de recursos, desigualdad y reproducción de la precariedad.

Villarespe, doctora en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, indicó que la pobreza vulnera a quien la padece, lo sitúa en una condición de exclusión creciente

Al recordar los diferentes mecanismos con los que se ha intentado paliar esta situación, mencionó que, en 1997, surgió el proyecto Progresa (Programa de Educación, Salud y Alimentación), mismo que en 2002 cambió su nombre por el de Oportunidades, que más allá de tratar de combatir condiciones marginales de la población, fue creado para evitar la reproducción intergeneracional de las mismas.

Quienes hoy están en edad de integrarse al mercado laboral enfrentan condiciones como el notable aumento de los empleos informales que, según arrojan las cifras oficiales, éstos se duplicaron en comparación con los formales, lo que se traduce en que cada vez más haya menos individuos con acceso a las prestaciones de ley.

Otro asunto que agrava la situación de muchas familias en México, es el de los salarios mínimos, y como señala Villarespe, éste “apenas alcanza para adquirir una canasta alimentaria básica y poco menos de un tercio de otra”, lo que atenta contra la salud de los individuos pues, según un estudio de los organismos Inegi-CEPAL, esta provisión de comestibles debe proporcionar las calorías, vitaminas y minerales que, por recomendación internacional-nutricional, debe consumir cualquier ser humano para mantenerse activo.

En 2008, expuso la catedrática, se calculaba que este tipo de despensas tenían un costo aproximado de 942.28 pesos, lo que significaba que las personas con ingresos menores a esta cantidad no se encontraban en posibilidades de cubrir sus necesidades de alimentación.

El salario mínimo general promedio, abundó, es de mil 525 pesos con 20 centavos, tanto en el empleo formal como en el informal, fenómeno que se presenta cada vez con mayor frecuencia por la flexibilización del trabajo, es decir, una persona puede tener un empleo formal y luego pasar al informal y viceversa.

De acuerdo con el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, se calcula que en 2008, 33.2 por ciento de la población latinoamericana (es decir, 182 millones de personas) vivía en condiciones de pobreza, casi un punto porcentual por debajo de lo pronosticado en 2007, que registró un índice de pobreza de 34.1 por ciento (o sea, 184 millones de individuos).

Las cifras de pobreza e indigencia proyectadas reflejan el impacto del aumento de la inflación ocurrido desde principios de 2007 y, en especial, el alza en los precios de los comestibles.

Notimex

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