ILGA: República Dominicana: Tenaces haitianas enriquecen la economía informal
in WORLD, 21/07/2010
Se llaman a sí mismas marchantes, aunque también así identifican a las mujeres que les compran. Se les ve por todas partes, en ciudades y en muchos campos del país, a veces en insólitas demostraciones de fuerza y resistencia.
Fuente: SEMLAC
Por Mirta Rodríguez Calderón
Santo Domingo, julio (Especial de SEMlac).- Se llaman a sí mismas marchantes, aunque también así identifican a las mujeres que les compran. Se les ve por todas partes, en ciudades y en muchos campos del país, a veces en insólitas demostraciones de fuerza y resistencia.
Las que no tienen puestos fijos en mercados o calles, sino que andan itinerantes, caminan entre 10 y 20 kilómetros por jornada con sus mercancías en la cabeza. Son haitianas presentes en la economía informal de República Dominicana, residentes "sin papeles" casi todas.
Aunque las hay en mendicidad con sus hijos e hijas a rastras, con frecuencia "usadas" para esto por traficantes rufianes, la percepción más generalizada las presenta empoderadas y capaces, pese a sus múltiples vulnerabilidades: deudas con prestamistas, acoso sexual, malos tratos, extorsiones, decomiso de sus mercancías; sin contar las derivadas de no conocer el idioma.
Así lo corrobora un estudio realizado aquí por la investigadora italiana Graziella Scudu, para la no gubernamental Alas de Igualdad, con el apoyo del español Instituto Sindical de Cooperación al Desarrollo.
La presentación del libro despertó interés, aunque los organizadores de Alas de Igualdad no pudieron explicar satisfactoriamente a SEMlac por qué, si el tema del encuentro tenía su punto focal en las mujeres haitianas, ellas no figuraban en el panel, eran poquísimas en el público y fueron tan escasos sus testimonios.
Ello no restó mérito al primer estudio sociológico que se hace en República Dominicana sobre la presencia y situación de las mujeres marchantes, como lo señaló César Heraux, historiador del tema haitiano.
La presencia de personas de este origen, cuyos aportes económicos son poco reconocidos pero indiscutibles, ascendía en 1920 a 28.258 hombres y mujeres. En el presente se les calcula entre 800.000 y dos millones, sin que sea posible precisar el número, ya que su irregularidad y falta de documentos les induce a enmascararse y ofrecer datos falsos.
La contribución de estas personas, de las cuales alrededor de 30 por ciento son mujeres, se da en varias dimensiones, según comentó a SEMlac la autora del estudio, Graziella Scudu.
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