El control de las ventas ambulantes en el Centro Histórico y la prohibición para que el transporte informal opere en la ciudad hizo que ayer cientos de informales salgan a protestar en las calles. Ellos exigen libertad de trabajo. El alcalde, Paúl Granda, se mantiene firme en la decisión de no desordenar la ciudad y dice buscar soluciones al problema.
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Cuenca. Unos 200 informales entre comerciantes y transportistas con carteles y gritos rechazaban la actitud municipal por los controles que se ha hecho contra su labor. Llevaban consigo sus productos para que la gente vea los artículos que venden y con los cuales no pueden competir con los comerciantes de los mercados, donde les quieren reubicar.
César Jaramillo un invidente, con ayuda de su hijo, iba con paquetes de papel higiénico, decía que al día logra recaudar cuatro dólares y su venta se hace junto a los mercados, lugares donde ahora la Guardia Ciudadana impide el paso a los ambulantes. Es más ahora los informales no pueden ingresar al parque Calderón. “Necesito llevar el pan a mi casa, es en lo único en que puedo trabajar”, manifestaba.
Ángel Curillo, un anciano que expende roscas de dulce y las ventas las logra en el centro de la ciudad, también se siente perjudicado, ya que durante las dos últimas semanas no ha logrado una sola venta debido a que la Guardia Ciudadana les impide las ventas ambulantes en el centro de la urbe.
Desde hace una semana en el Centro Histórico es nula la presencia de comerciantes ambulantes y los miembros de la Guardia Ciudadana portan carteles con mensajes en los que solicitan a los ciudadanos no comprar en la calle sino en los mercados. “Nos denigran, como si fuéramos ladrones”, acotaba Mauricio Zambrano de la Asociación de Comerciantes Nueve de Enero.
“Solo pedimos respeto, queremos que el Alcalde nos deje trabajar”, eran las frases que gritaban durante el recorrido. Para José Rodas, presidente de la Federación de Vendedores Informales del Azuay lo único que se pide es respeto a su labor y en el caso de no existir continuarán con protestas y otro tipo de medidas.
En un pequeño grupo los taxistas informales también se hicieron presentes. Geovany Guzhñay, gerente de la Asociación de Taxistas Ejecutivos de Cuenca, indicaba que si piden su retiro definitivo la próxima semana llevarán sus carpetas y harán una marcha al Municipio para que les ubiquen en puestos de trabajo, como parte de las soluciones que les habían ofrecido.
Reunión
Los manifestantes se lograron reunir con las autoridades municipales. Guillermo Sempértegui, director administrativo, dijo que elaborarán un listado de los comerciantes ambulantes, para ubicarles en casetas en diferentes sectores, al igual que a los vendedores que hacen recorridos se dispondrá que trabajen en ciertas áreas y quienes venden productos en grandes cantidades se los ubicará en los mercados. “Es todo un proceso, primero se entregó documentos de identificación y después de la organización se los regulará”, especificó.
De su parte el alcalde, Paúl Granda, enfatizó que otro de los mecanismos de solución será comprar directamente a los productores agrícolas, para evitar que vengan a expender su mercancía. Mientras que para los transportistas, explicaba, se dará la posibilidad de trabajo, aunque no en un 100 por ciento.
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