Empresarios de diferentes puntos de la provincia coincidieron ayer en que “la economía informal puede terminar secando la plaza”.
Dicho de otro modo, los hombres de negocio de Tartagal, Orán, Metán, Coronel Moldes y de la capital que asistieron a la inauguración de las remodelaciones realizadas al edificio de la Cámara de Comercio de Salta, afirmaron que “al ser de hasta un 40% la economía informal, o en negro, se está rompiendo el equilibrio -necesario y frágil- que un circuito económico debe tener para poder autosustentarse”.
También es grave que dirigentes invitados de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) hayan coincidido con las afirmaciones y advertencias de los empresarios de la provincia.
Federico Gorostiza, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Producción de Metán, recordó que “en 2008 comenzamos a luchar contra el establecimiento de las clásicas carpas o ferias americanas en los baldíos de nuestra ciudad, porque entendimos que representaban un peligro para los comerciantes formales, nuestros socios”.
“Logramos que se sancione una ordenanza municipal por la cual deben cumplir alguna normativa mínima, pero ellos interpusieron un recurso de amparo cuando se les quiso imponer un piso diario de $50, medida cautelar que la Justicia les concedió en 48 horas, cuando a nosotros nos llevó 6 meses de negociaciones con los concejales acordar alguna prevención para nuestro sector”, agregó.
Hay 22 ferias en Metán
Leonardo Herrando, secretario de Hacienda de la misma entidad sureña, aportó, por su parte, que “hace dos años eran 7 las carpas que se instalaban una vez a la semana y ahora no son menos de 22. Para una ciudad como Metán ese circuito informal, que no tributa sino un piso mínimo, que no reinvierte ni genera puestos de trabajo, porque los domingos se van con sus bultos y el dinero de los metanenses, está llevando a una situación de quiebra a muchos comercios, algunos muy tradicionales y del rubro textil. Eso, además, significa empleados en la calle y más demandas de subsidios al Estado”.
Si no logramos revertir de alguna manera esta situación, vamos a convertirnos en un “carpódromo”, dijeron los empresarios metanenses.
Es más grave en el norte
Mauricio Loutaif, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Orán, y Dante Galeano, titular del Centro Empresario de Tartagal, remarcaron que la realidad de la economía informal está tan instalada en el norte, y desde hace tantos años, que ya es “normal” encontrar a decenas de vendedores ambulantes instalados en las veredas de las calles céntricas.
“Esta gente comercializa toda clase de mercadería ingresada al país de contrabando, burlando todos los controles establecidos por las autoridades nacionales en los pasos fronterizos habilitados”, dijo Galeano, y agregó que “lo mismo sucede con artículos comestibles de dudosa procedencia, que muchas veces terminan generando colas de pacientes en el hospital Juan Domingo Perón, por haber ingerido comida en mal estado en algún puesto callejero”.
Loutaif asentía, y agregó que, “además de ese circuito informal, totalmente en negro, que hemos denunciado un sinfín de veces ante Aduana o Gendarmería, ahora los pequeños comerciantes oranenses ven cernirse sobre sus cabezas otra amenaza. Se trata de la inminente apertura de una cadena internacional de supermercados, que se está instalando en una ubicación privilegiada y que seguramente provocará el cierre de decenas de almacenes, despensas o pequeñas boutiques de oranenses con las que sustentan a sus familias y dan puestos de trabajo”.
Respecto de las razones por las que Gendarmería y Aduana no logran controlar el ingreso de mercadería de contrabando, Loutaif y Galeano coincidieron en la gran extensión de la frontera y la falta de recursos, tanto humanos como logísticos, de las fuerzas del orden y de los organismos de control, como Migraciones.
Los dirigentes de Coronel Moldes agregaron un tema no menos alarmante, como la denuncia de que “la informalidad llega a todas las bocas de expendio de bebidas alcohólicas”.
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