El trabajo en negro cayó en el primer trimestre un 0,9% interanual y 0,6% respecto de fines de 2008 según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y representó el 36,4% del total de la población trabajadora.
Los tres primeros meses del año fueron sindicados por analistas privados como los de peor actividad económica desde la profundización de la crisis global, a partir del último trimestre de 2008. Descreídos de los datos del Indec, cuyo Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) marcó una expansión del 5,5% anual, las consultoras midieron una caída de, en promedio, 4 puntos porcentuales.
En ese contexto, la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec mostró que entre enero y marzo el empleo no registrado se contrajo respecto del primer trimestre de 2008, cuando se ubicó en el 37,3% del total. Y que la desocupación, como se había anticipado, se mantiene en los mismos niveles de hace un año (8,4%).
Los datos del organismo oficial contrastan con informes privados que dan cuenta de una situación de mayor gravedad. Un estudio de la Universidad Católica (UCA) publicado la semana pasada pronosticó que el empleo informal podría llegar este año al 40% del total y advirtió que, de profundizarse la recesión, podría trepar hasta 42%, un porcentaje similar al de 2001.
Según la información oficial, 3.900.773 personas trabajan en negro. La informalidad es mayor en el noroeste del país, donde el 45,3% de los trabajadores no realizan aportes.
En el Gran Buenos Aires alcanza al 35,4 por ciento de la fuerza laboral. Esa cifra sube en el conurbano (38,7%) y es menor en la Capital Federal, donde alcanza al 25,8%.
En su discurso ante la asamblea de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Ginebra, Suiza, la presidenta Cristina Fernández había admitido que uno de los desafíos que aún le quedan a su gobierno es el de combatir el empleo informal. Al respecto, aún no hay precisiones sobre el éxito de la campaña de blanqueo de personal iniciada por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Inconsistencias
Los economistas coinciden en que el empleo informal es el primero en sufrir las consecuencias de una crisis. Es más fácil despedir a un trabajador que se desempeña en negro, básicamente. Pero los datos del Indec no muestran, a la par de la caída del empleo en negro, un aumento del desempleo, por lo que se deduce que para el organismo oficial ese 0,9% de diferencia entre el registro del primer trimestre del año respecto de igual período de 2008 corresponde a un blanqueo de trabajadores.
Según el Ministerio de Trabajo, unos 80.000 empleados cobran el subsidio de 600 pesos mensuales llamado repro, que la cartera otorga a los obreros de empresas con procesos preventivos de crisis.
Otras estimaciones privadas dudan de la fiabilidad de la EPH. Según Sel Consultores, dirigida por Ernesto Kritz, datos preliminares de la Encuesta dieron cuenta de la creación de unos 240.000 empleos en el primer trimestre. Eso, a pesar de que datos oficiales de industria y la construcción –los dos sectores que lideran la generación de puestos de trabajo– mostraron caídas de 85.000 empleos. “Para llegar a la cifra que surge de la EPH, el resto de los sectores debería haber generado 325.000 puestos en el período señalado. No hay evidencias que permitan verificarlo”, sostuvo Sel
Los tres primeros meses del año fueron sindicados por analistas privados como los de peor actividad económica desde la profundización de la crisis global, a partir del último trimestre de 2008. Descreídos de los datos del Indec, cuyo Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) marcó una expansión del 5,5% anual, las consultoras midieron una caída de, en promedio, 4 puntos porcentuales.
En ese contexto, la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec mostró que entre enero y marzo el empleo no registrado se contrajo respecto del primer trimestre de 2008, cuando se ubicó en el 37,3% del total. Y que la desocupación, como se había anticipado, se mantiene en los mismos niveles de hace un año (8,4%).
Los datos del organismo oficial contrastan con informes privados que dan cuenta de una situación de mayor gravedad. Un estudio de la Universidad Católica (UCA) publicado la semana pasada pronosticó que el empleo informal podría llegar este año al 40% del total y advirtió que, de profundizarse la recesión, podría trepar hasta 42%, un porcentaje similar al de 2001.
Según la información oficial, 3.900.773 personas trabajan en negro. La informalidad es mayor en el noroeste del país, donde el 45,3% de los trabajadores no realizan aportes.
En el Gran Buenos Aires alcanza al 35,4 por ciento de la fuerza laboral. Esa cifra sube en el conurbano (38,7%) y es menor en la Capital Federal, donde alcanza al 25,8%.
En su discurso ante la asamblea de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Ginebra, Suiza, la presidenta Cristina Fernández había admitido que uno de los desafíos que aún le quedan a su gobierno es el de combatir el empleo informal. Al respecto, aún no hay precisiones sobre el éxito de la campaña de blanqueo de personal iniciada por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Inconsistencias
Los economistas coinciden en que el empleo informal es el primero en sufrir las consecuencias de una crisis. Es más fácil despedir a un trabajador que se desempeña en negro, básicamente. Pero los datos del Indec no muestran, a la par de la caída del empleo en negro, un aumento del desempleo, por lo que se deduce que para el organismo oficial ese 0,9% de diferencia entre el registro del primer trimestre del año respecto de igual período de 2008 corresponde a un blanqueo de trabajadores.
Según el Ministerio de Trabajo, unos 80.000 empleados cobran el subsidio de 600 pesos mensuales llamado repro, que la cartera otorga a los obreros de empresas con procesos preventivos de crisis.
Otras estimaciones privadas dudan de la fiabilidad de la EPH. Según Sel Consultores, dirigida por Ernesto Kritz, datos preliminares de la Encuesta dieron cuenta de la creación de unos 240.000 empleos en el primer trimestre. Eso, a pesar de que datos oficiales de industria y la construcción –los dos sectores que lideran la generación de puestos de trabajo– mostraron caídas de 85.000 empleos. “Para llegar a la cifra que surge de la EPH, el resto de los sectores debería haber generado 325.000 puestos en el período señalado. No hay evidencias que permitan verificarlo”, sostuvo Sel
ESTEBAN RAFELE Buenos Aires
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