miércoles, 21 de julio de 2010

Página abierta

Página abierta

"Desde el momento en que el otro me mira, yo soy responsable de él sin ni siquiera tener que tomar responsabilidades en relación con él; su responsabilidad me incumbe"(E. Levinas)

Si los sistemas de jubilación ya estaban en problemas con anterioridad a la crisis financiera, después de la misma estos se complicaron aun más, y ya son numerosos los paises -dentro y fuera de la CEE- que intentan aumentar la edad de retiro, de modo de equilibrar sus cuentas públicas. En estas circunstancias resulta oportuno plantearse la posibilidad de ensayar nuevas aproximaciones que no solo contemplen restricciones presupuestarias sino que revisen el sistema de un modo mas integral, ya integrando nuevas generaciones de aportantes y reconociendo sus nuevas realidades laborales; ya intentando mejorar su acceso a bienes esenciales, de modo de alentar la recuperación de las tasas de crecimiento vegetativo y mejorar el financiamiento del sistema. En definitiva: más que un programa de Retiro, un programa de Bienvenida.

Cuales serían algunas de las características que, a priori, debería conjugar este programa: que acompañe al individuo desde el mismo comienzo de su vida económica hasta su retiro, que involucre a todo el universo poblacional, ya esté con empleo formal, informal o aún desempleado.

Que su financiamiento sea el producto de un nuevo acuerdo social que no distraiga recursos ni de las empresas ni de las familias, ni de los aportes jubilatorios existentes, y que estos fondos sean administrados por nuevas empresas, con supervisión del Gobierno, que expresen la filosofía que lo alienta.

Que el menú de inversiones está estrechamente vinculado al desarrollo urbano, de modo de garantizar la rentabilidad y la seguridad de las mismas, pero especialmente de contribuír a resolver la brecha precios -ingresos en materia de vivienda.

Que incluya también estrategias que apunten a resolver algunas de las problemáticas que afectan hoy especialmente a los segmentos más jóvenes, como son el empleo y el ahorro, y promuevan el desarrollo de negocios dirigidos hacia esos sectores.

El desarrollo de este programa representaría para el sector público la oportunidad de reducir el costo social y político que implican las políticas de ajuste -más allá de su conveniencia o no- y de complementar las decisiónes a tomar en el campo previsional. Pero además su lanzamiento permitiría producir una gran convocatoria a la participación de empresas y familias, movilizando recursos económicos y humanos ociosos, asi como una oportunidad de nuevos negocios e ingresos. Para la sociedad en su conjunto, este programa tendría implicancias que van más alla de lo estrictamente económico, y que apuntan hacia una nueva y mejor distribución de responsabilidades entre lo público y lo privado.

En el caso específico de los miembros de la CEE, el mismo permitiría introducir nuevos instrumentos que contribuyan a resolver sus asimetrías y capear el temporal de la crisis, pero además adoptarlos como una característica mas afin a sus tradiciones, diferenciada de otros modelos que aun no han logrado demostrar su efectividad a la hora de enfretar semejante desafío. Y cualesquiera que sean las decisiones a tomar, recordar que los excluídos del sistema, aún asistidos por el Estado, siguen estando excluídos, y que el tiempo no siempre cura las cosas, más aun, las empeora.

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