martes, 22 de junio de 2010

El domicilio, un yacimiento laboral. SUR.es

El domicilio, un yacimiento laboral. SUR.es

Clases particulares, cuidado de niños y mascotas, asistencia a personas mayores o impedidas, servicios de limpieza y de planchado... Estos son sólo algunos de los trabajos que se recogen dentro del término genérico de ‘servicios a las personas’, un concepto que quieren reivindicar y sacar de la economía informal una docena de empresas españolas, las mismas que han constituido la Asociación Española de Servicios a la Persona (AESP).
«El problema que existe en España en estos momentos es que la mayor parte de todos estos trabajos se desempeñan ‘en negro’, dentro de la llamada economía sumergida. Lo que nosotros proponemos es que se haga una regulación específica de todos estos ámbitos y que se fomenten los incentivos fiscales y las desgravaciones para la contratación de estos servicios, de manera que afloraría casi todo el mercado negro», opina el vicepresidente de AESP y propietario de la empresa de clases particulares a domicilio Acadomia, Thierry Romero.
Según los cálculos de la nueva asociación, el 60% de los 240.000 millones de euros que en 2009 representó la economía sumergida en nuestro país (el 23% del PIB español), está directamente relacionado con los servicios domésticos. «No existe una cultura de la desgravación fiscal ni tampoco suficientes controles para poner freno al mercado negro. Si todo este sector se regulara y se controlaran más las actividades encubiertas, se podrían crear en España 700.000 empleos de aquí a 2013, de los que 117.000 serían sólo en Andalucía y casi 35.000 en la provincia de Málaga», continúa Romero, quien cita el ejemplo de Francia, donde desde 2005, gracias a una ley específica, se han conseguido crear medio millón de puestos de trabajo, «incluso en plena crisis económica», remarca.
«Lo bueno que tiene este sector es que no se puede deslocalizar, ya que estamos hablando de servicios de persona a persona que no van a poder hacerse, por ejemplo, en China. Lo que la gente necesita cada vez más es ayuda en sus casas para poder conciliar la vida laboral y familiar», añade el vicepresidente de AESP.
Cambio social
Y es que según este colectivo, del que forman parte firmas como Accor Services, Alares, Asmedit, Axa Assistance, ChaoKilos-ChaoVello, Chèque Déjeuner, Fempsa, Grupo Policlínica, Medirest, Pc Tech, Acadomia y Sodexo, el envejecimiento de la población española, unido a la llegada de residentes extranjeros a lugares como la Costa del Sol y a la incorporación de la mujer al mercado laboral convierten al sector de los servicios a domicilio en un yacimiento de empleo continuo y estable en los próximos años.
«No estamos hablando de un milagro económico, pero sí de una posibilidad real de crear empleo y combatir la economía sumergida», insiste Romero, quien pone el ejemplo que conoce mejor, el de las clases particulares: «Si un profesor cobra entre 10 y 15 euros a la hora por dar clases sin declarar, una empresa que opere de forma reglada tiene que cobrar 25 euros. De esta forma aseguramos que el servicio se va a prestar adecuadamente y que si el profesor lo deja, va a tener un sustituto inmediatamente. Pero parece que no es suficiente. Así que si la familia supiera que va a poder desgravarse el 50% del gasto, seguro que contrataría el servicio con una empresa legal», argumenta Romero.
Entre las propuestas que AESP ya ha trasladado a los grupos políticos del Congreso se incluyen un IVA reducido del 5,5% para estos servicios, desgravaciones fiscales y en la Seguridad Social o un cheque-empleo, con el que se podrían pagar todos estos servicios a domicilio. «Nos han dicho que es la mejor propuesta que han escuchado desde que comenzó la crisis», presume su vicepresidente, quien pese a ello reconoce que es «un tema complejo». «En Francia se tardó diez años en regularlo», admite.
El ejemplo francés
Francia y su Ley Barloo –que recibe este nombre por el apellido del ministro de Trabajo que la aprobó en 2005–, es el espejo en el que se miran los impulsores de la Asociación Española de Empresas de Servicios a la Persona (AESP), para proponer en España una marco legal similar. No en vano, el vicepresidente del colectivo y director de la firma de enseñanza a domicilio Acadomia, Thierry Romero, nació en el país galo, donde inició su actividad empresarial, aunque posteriormente se trasladó a Estepona, de donde era originaria su madre.
«Vivo a medio camino entre los dos países, pero puede decir con rotundidad que en Francia esa ley ha marcado un antes y un después, porque ha creado medio millón de empleos y, sobre todo, ha puesto de acuerdo a todos los partidos, ya que fue elaborada por un gobierno socialista y ahora los conservadores la han respetado y mantenido», explica Romero, quien confía en que España se pueda aprobar «cuanto antes» un marco legal similar al francés.

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