lunes, 7 de septiembre de 2009

Los jóvenes, al empleo informal

Ixel Yutzil González y Cristina Pérez-Stadelmann
El Universal
Lunes 07 de septiembre de 2009
finanzas@eluniversal.com.mx

El elevado ritmo de crecimiento de la Población Económicamente Activa (PEA) que se incorpora al mercado, el bajo nivel de desarrollo tecnológico y la falta de crecimiento imposibilitan que una parte de empleados jóvenes encuentre empleo en el sector formal de la economía. Este fenómeno ocurre de forma tal que una proporción creciente tiene que desempeñar alguna otra actividad para obtener un ingreso pese a que estas alternativas sean precarias, informales, o incluso deban migrar.

“Uno de los problemas que más preocupa a la mayor parte de los trabajadores de nuestro país es la incertidumbre respecto a obtener y conservar un empleo, como consecuencia del deterioro del mercado laboral, además de los bajos salarios y la pérdida de prestaciones sociales, que viene acompañada por una crisis económica recurrente que repercute en la expansión del número de jóvenes desempleados, y facilita la imposición de condiciones laborales contrarias al interés de los trabajadores”, apuntan los expertos.

De igual modo, cada vez es más difícil que las familias puedan vivir del ingreso de uno solo de sus integrantes. Así, un número creciente de mujeres que antes desempeñaba otra función en la reproducción de la familia, ahora tiene que combinar quehaceres domésticos con un empleo asalariado o por cuenta propia, aunque sea de tiempo parcial. A pesar de lo anterior, México es uno de los países con menor participación laboral femenina en América Latina, pues de 100% de mujeres con título universitario, sólo 70% trabaja, manifestó Gerardo González Chávez, del IIEC de la UNAM.

En el actual sexenio, buena parte de los jóvenes han procurado empleos formales; sin embargo, ante la pérdida de más de 700 mil plazas en el último año, buena parte de esos jóvenes ve en el empleo informal una alternativa, en la medida en que no se generan empleos en la formalidad o estos son muy reducidos.

Un millón de jóvenes se incorporan anualmente al mercado laboral, una parte queda desempleada y se van a la informalidad, y una parte significativa migra.

Los jóvenes que no obtienen un empleo formal tienen como alternativa continuar estudiando (esto tiene una correlación con la falta de cupo en las universidades públicas).

Por otra parte, a decir de Gerardo González Chávez, está creciendo el número de jóvenes que se encuentran desempleados, no buscan trabajo y tampoco se incorporan al sistema educativo, sino que permanecen en sus casas.

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