Santiago, RD.- Va en aumento de manera vertiginosa aquí la instalación desordenada y anárquica de nuevos negocios informales, ante los constantes despidos de trabajadores y trabajadoras de las empresas de zonas francas y otros sectores comerciales y empresariales privados.
Las principales calles y avenidas de esta ciudad han sido copadas por decenas de hombres y mujeres de diferentes edades, quienes han instalado puestos ambulantes para vender desde frituras, helados y alimentos cocidos a los transeúntes.
Calles como la España, Duarte, Restauración, San Luis, 30 de Marzo, 16 de Agosto, Del Sol, las avenidas 27 de Febrero, Salvador Estrella Sadhalá y varias rotondas, están repletasde vendedores callejeros, quienes ofrecen desde tostadas, frutas, café colado, té, tarjetas de llamadas y teléfonos celulares, hasta adornos para vehículos y el hogar.
Manuela Santana, una de las despedidas recientemente de zonas francas, dijo que tiene seis hijos y que está separada de su concubino, por lo que se ubicó en las proimidades de la Villa Olímpica, a vender café colado, cigarrillos, tarjetas de llamadas, frutas y a cambiar dinero entero por plata.
"Mire periodista, la cosa está bastante dura, y si me quedo en mi casa con los brazos cruzados, entonces me moriré de hambre junto a mis hijos, hay que fajarse para ganarse el moro diario", expresó Santana.
Mientras que María Altagracia Rodríguez, de 49 años, declaró que también es madre soltera, con dos niños que beben más leche que un becerro, por lo que tuvo que lanzarse a las calles, a trabajar, porque no va a hacer lo malo.
"El Gobierno debiera abocarse a un plan de emergencia como lo propuso el periodista Pedro Agustín Castillo en el canal 25 a ver si más gente se gana la vida decentemente con un trabajo seguro, ya sea limpiando calles, oficinas o en el campo sembrando las tierras", sostuvo Rodríguez.
Los vendedores ambulantes son un verdadero dolor de cabeza para las autoridades municipales y las que deben velar por un tránsito diáfano en nuestras vías públicas.
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